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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
VI Semana del Tiempo Ordinario
Martes
Salmo 93
“Señor, Dichoso el hombre a quien tú educas, al que enseñas tu ley”. Dios
nos va educando a lo largo de toda nuestra vida. Él nos educa y enseña a cumplir
sus mandamientos. Si nos dejamos instruir por Él y le somos fieles, entonces
vendrá a nosotros y hará en nosotros su morada. Y entonces, teniendo a Dios,
jamás vacilaremos, pues Él saldrá en defensa nuestra, ya que Él no rechaza a los
suyos ni los deja desamparados.
A Jesús Dios lo libró de sus enemigos, no porque acabara con ellos haciendo
que murieran, sino porque a Él lo resucitó y lo libró así de la muerte, que era el
último enemigo a vencer. Desde entonces sabemos que no debemos temer a los
que matan el cuerpo, sino más bien a quien puede arrojar al fuego eterno tanto al
cuerpo como al alma.
Enséñame a través de tu presencia, de tu palabra, de tu gracia. Hazme ver
las cosas como tú las ves; hazme valorar lo que tú valoras y rechazar lo que tú
rechazas. Hazme confiar en tu providencia y creer en la bondad de los hombres aun
cuando me hagan daño o me desprecien. Hazme tener fe en tu acción entre los
hombres para que encuentre alegría en la esperanza de la venida del Reino.
Enséñame, Señor, enséñame día a día; haz que me entienda mejor a mi
mismo, a la vida y a ti. Enciende en mi mente la luz de tu entender para que guíe
mis pasos a lo largo del camino que lleva a ti.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)