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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
VI Semana del Tiempo Ordinario
Jueves
Salmo 33, 2-3.4-5.6-7
Dichoso el hombre que confía en el Señor, pues jamás será decepcionado.
Maldito el hombre que confía en el hombre, pues en el día de la prueba se
encontrará desamparado como cardo en el desierto.
Hagamos la prueba, confiemos en el Señor y saltaremos de gusto, pues el
Señor jamás abandona a quienes han puesto en Él su esperanza. Puestos en manos
de Dios Él velará por nosotros; Él nos librará de nuestros enemigos y de nuestras
angustias; y Él escuchará nuestros clamores y les dará respuesta pronta. Dios es
nuestro Padre y nos contempla como a sus hijos amados.
“Nada les falta a los que le temen, los ricos empobrecen y pasan hambre, los
que buscan al Señor no carecen de nada”. Sus oídos están siempre atentos a las
peticiones y a las súplicas de sus fieles. Cuando uno clama a Dios, lo escucha y lo
atiende, le libra de sus angustias, porque el Señor está cerca de los atribulados, de
los abatidos y perseguidos, y él les devuelve la vida y la esperanza. El salmista
insiste en la confianza, en la idea de la pronta intervención de Dios. El justo está
bajo las alas protectoras del Señor y nada le puede afectar.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)