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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
VI Semana del Tiempo Ordinario
Viernes
Salmo 111
El salmo 111, nos dice que quien cumple los mandamientos se le prometen
tres formas de dicha: numerosa posteridad, prosperidad en los negocios materiales,
inmunidad contra los ataques de la desgracia, de los malvados, de la mala
fortuna...
Los rasgos que definen al hombre justo en las páginas de la Biblia y en los
versos de este salmo son “El justo teme al Señor, ama de corazón sus mandatos,
es clemente y compasivo, reparte limosna a los pobres, su caridad es constante”.
La búsqueda de la perfección, la santidad está al alcance, y la justicia se encuentra
en casa. Amor a los mandatos del Señor y compasión para ayudar al pobre.
Muchas son las bendiciones que Dios acumula sobre la cabeza del justo: “Su
linaje será poderoso en la tierra, en su casa habrá riquezas y abundancia; jamás
vacilará, no temerá las malas noticias, su recuerdo será perpetuo”. También son
bendiciones sencillas para el hombre sencillo. Prosperidad en su casa y seguridad
en su vida. Las bendiciones de la tierra como anticipo de las del cielo. El justo sabe
que la mano de Dios le protege en esta vida, y espera, en confianza y sencillez, que
le siga protegiendo para siempre. “¡Dichoso quien teme al Señor!”.
Señor, Tú que eres el Amor, haz que nos asemejemos a Ti. Señor, Tú que
eres luz, da a nuestras vidas el brillo de un día sencillo y vivido en el amor. Señor,
Tú que eres Santo, haz que busquemos la perfección en las cosas grandes y
pequeñas de nuestro día.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)