Comentario al evangelio del Martes 18 de Octubre del 2011
Hacer memoria y celebrar la fiesta de San Lucas evangelista nos invita a volver sobre su vida y, sobre
todo, a fijarnos en los subrayados que él hizo a la hora de escribir su evangelio. En Lucas vemos un
evangelista con una sensibilidad especial. Su evangelio nos muestra una imagen de Jesús como hombre
de oración, lleno de misericordia y cercano a los pobres. María, para Lucas es la mujer atenta a la
Palabra. Todo aparece envuelto en una atmósfera especial: el encuentro con aquél que es la Palabra nos
hace más humanos, nos hace ganar en sensibilidad y nos convierte en hombres y mujeres de paz. La
misericordia de este Dios que nos ama infinitamente nos transforma.
Por eso no es de extrañar que hoy en la lectura del evangelio se subraye el valor de la paz. “Cuando
entréis en una casa, decid: paz a vosotros…”. Ser portadores de paz y vivir comprometidos en ser
agentes de reconciliación es un signo que confirma las palabras del evangelizador. Jesús es motivo de
paz, no de división o resentimiento entre hermanos. La paz es fruto de haber conocido la misericordia
de Dios. Jesús es el rostro de esa misericordia. Nadie como Lucas nos lo ha hecho notar. En Lucas
encontramos siempre una invitación a la misericordia, a ser como el Padre y poner nuestro corazón en
la pobreza y en la debilidad humana.
Fernando Prado, cmf