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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
VII Semana del Tiempo Ordinario
Martes
Salmo 54
“¡Quién me diera alas de paloma para volar y descansar! Desde luego que no
necesitamos alas como aves para ir a buscar a Dios, sino ponernos en soledad y
mirarle dentro de sí y no extrañarnos de tan buen huésped; sino con gran humildad
hablarle como a padre, pedirle como a padre, contarle nuestros trabajos, pedirle
remedio para ellos, entendiendo que no somos dignos de ser sus hijos, pero, sin
embargo, sabiendo que él nos ama.
“Confía tu suerte al Señor, y él te sostendrá: nunca permitirá que el justo
perezca”. Para no caer en la impaciencia y el pesimismo, que bloquean nuestra
vida, tendremos que decirnos a nosotros mismos lo de Ben Sira: “Confía en Dios,
que él te ayudará, espera en él y te allanará el camino”. Y lo del salmo: “Confía en
el Señor y haz el bien, porque el Señor ama la justicia y no abandona a sus fieles.
Encomienda tu camino al Señor y él actuará”.
Hay momentos de oscuridad, sí, pero a la noche siempre le sigue la aurora.
Hay crisis, pero los túneles llegan a su final y aparece la luz. Hay Viernes Santo, y
es trágico, pero desemboca en el Domingo de la resurrección. Confiemos en Dios.
Eso iluminará de sabiduría nuestra jornada.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)