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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
VIII Semana del Tiempo Ordinario
Lunes
Salmo 110
Este salmo se titula: Grandeza de las obras de Dios . Es un himno que canta
los portentos realizados por Dios en favor de su pueblo, portentos que han de ser
constantemente recordados y agradecidos por sus fieles, permaneciendo fieles a la
alianza con Él y, en consecuencia, cumpliendo sus preceptos. “En el salmo 110 se
agradece la bondad de Dios manifestada continuamente en sus obras. El temor de
Dios o sentido filial de su presencia, es la fuente de esa sabiduría cristiana que
intuye en todo y en todos un mensaje de Dios Amor”.
Todas las obras de Dios se caracterizan por su justicia y su verdad (v. 7),
pues son la manifestación de sus atributos esenciales; por eso, sus preceptos
merecen confianza , pues están como sellados, sin que puedan engañar a nadie ni
ser ellos mismos defectibles.
El Salmo nos invita al final a descubrir las muchas cosas buenas que el Señor
nos da cada día. Nosotros vemos más fácilmente los aspectos negativos de nuestra
vida. El Salmo nos invita a ver también las cosas positivas, los numerosos dones
que recibimos, para sentir así la gratitud, porque sólo un corazón agradecido puede
celebrar dignamente la gran liturgia de la gratitud, la Eucaristía.
Podemos decir, pues, que este salmo, que ya para Israel era un himno de
renovación de la alianza, es para nosotros como una nueva eucaristía vespertina
que nos recuerda cómo el Señor ha hecho maravillas memorables para con
nosotros. En compañía de los rectos , pues, en la asamblea , recordando cómo la
obra de Dios es esplendor y belleza, demos gracias al Señor de todo corazón .
Dios de ternura y de amor, gloria de la Iglesia y gozo de todos los santos,
danos la primicia de la sabiduría que es tu temor y haz que sepamos admirar el
esplendor y belleza de tu obra, para que, en compañía de los rectos, en la
asamblea, celebremos en la eucaristía, el memorial de tus maravillas, ofreciendo,
por medio de ella, nuestro sacrificio de alabanza, y encontremos en este alimento
que tú das a tus fieles la prenda de nuestra esperanza. Te lo pedimos, Padre, por
Jesucristo nuestro Señor.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)