1
Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
VIII Semana del Tiempo Ordinario
Miércoles
Salmo 147
El salmo 147 nos propone un canto de acción de gracias por la paz y la
prosperidad de Jerusalén, y, sobre todo, por haberle dado el Señor la Ley por la que
se distingue de todas las naciones, y que es prueba de la predilección divina por
Israel. “Glorifica al Seor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sin”.
En realidad, la Biblia es el tesoro del pueblo elegido, al que debe acudir con
amor y adhesión fiel. Es lo que dice Moisés a los judíos en el Deuteronomio: “¿Cuál
es la gran nación cuyos preceptos y normas sean tan justos como toda esta Ley
que yo os expongo hoy?” (Dt 4,8).
Del mismo modo que hay dos acciones gloriosas de Dios, la creación y la
historia, así existen dos revelaciones: una inscrita en la naturaleza misma y abierta
a todos; y la otra dada al pueblo elegido, que la deberá testimoniar y comunicar a
la humanidad entera, y que se halla contenida en la sagrada Escritura. Aunque son
dos revelaciones distintas, Dios es único, como es única su Palabra. Todo ha sido
hecho por medio de la Palabra -dirá el Prólogo del evangelio de san Juan- y sin ella
no se ha hecho nada de cuanto existe. Sin embargo, la Palabra también se hizo
“carne”, es decir, entró en la historia y puso su morada entre nosotros (cf. Jn
1,3.14).
A nosotros todo este poder de Dios nos aporta confianza y alegría: Alaba a tu
Dios, Sión, que con su palabra te alienta y con el pan de la eucaristía te anuncia su
decreto de que te resucitará; glorifica al Señor, Jerusalén, porque envía su mensaje
a la tierra y te sacia con flor de harina .
Oh Dios todopoderoso, dueño de la naturaleza y señor de la historia, tú que
tienes poder para poner paz en nuestras fronteras y poder para mandar la nieve, el
hielo, el frío y la escarcha, concede la paz a tus hijos y sácialos con la flor de
harina, para que se sientan seguros y esperanzados y vivan, con mayor entrega,
consagrados a tu alabanza. Por Jesucristo nuestro Señor.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)