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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
IX Semana del Tiempo Ordinario
Jueves
Salmo 24
“Descúbrenos, Seor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. El
camino es una imagen frecuentísima para expresar la relación del hombre con Dios.
El Antiguo Testamento describe los designios de Dios como caminos: “Los
caminos de Dios no son nuestros caminos”: en el conocimiento y la obediencia del
hombre a Dios va descubriendo sus huellas, sus caminos. Para los cristianos, Jesús
es el camino por excelencia al Padre, y, según el Libro de los Hechos, el
cristianismo se lleg a conocer como “el camino”.
No es extraño que los santos se hayan servido del símbolo del camino para
designar y describir la relación del hombre con Dios. Así, el término Camino
significa que la relación con Dios no se consigue en un momento aislado, que
requiere un proceso continuado en el que hay pasos y etapas; en el que caben
progresos, estancamientos y retrocesos. “Camino”, también significa que se trata
de un recorrido que hacer, de unos pasos que dar. Que el conocimiento de Dios no
consiste en saber sobre él; en conocer los pasos que hay que dar, sino en darlos
efectivamente. Los caminos de Dios son sus caminos hacia nosotros, y los que
nosotros recorremos siempre tienen algo de vuelta, de respuesta, de retorno.
Jesús es nuestro camino, caminar con Jesús resucitado, hemos de sentirnos
seguros y no tener miedo porque hará que nuestra sed de Dios sea luz y verdad,
que nos guiará hasta el Monte del Señor. Es un camino que requiere estar
dispuestos, en todo momento, a querer entender lo que Dios nos pide. Estar
dispuestos, en todo momento, a no apartar jamás de nuestro corazón a Jesucristo y
mantener siempre viva en nuestro corazón la fe del Dios que da la vida.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)