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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
IX Semana del Tiempo Ordinario
Sábado
Salmo 70
El tema de la vejez. Nunca como en nuestro mundo moderno la vejez ha sido
una prueba terrible. Cuanto más el hombre moderno logra curar las enfermedades,
más siente el fracaso de no poder curarse de la muerte. Cuanto más confort y
bienestar proporcionan las técnicas y la ciencia, se hace más duro tener que
abandonar esta vida. Nunca como hoy, el anciano ha estado tan aislado: nuestros
abuelos vivían casi siempre en familia, con sus hijos... hay que experimentar el
terrible sentimiento del abandono, esta impresión humanamente dramática de
haber cumplido su tiempo, como un viejo utensilio ya fuera de uso... hay que
afrontar lúcidamente esta cruel vivencia en que una cierta vida ha terminado, y
que, aquel tiempo es irreversible... para comulgar con la esperanza del salmista: sí,
para el verdadero creyente, las leyes biológicas y psicológicas de la vejez no
influyen en quien espera la comunicación de la vida divina. ¡Nuestra nueva
juventud, está ante nosotros, en Dios! ¡Allí está la alegría!
El deseo de vivir. Todo este salmo protesta contra la pérdida de vitalidad,
aun en nombre mismo de la eternidad del amor: ya que Dios nos creó porque El
nos ama (¡Desde el vientre de nuestra madre!), ¿cómo podría El abandonarnos? La
resurrección de los muertos, la Resurrección de Jesucristo, está prevista desde toda
la eternidad, y hace parte del proyecto inicial del creador. No acusemos jamás a
Dios de haber hecho un hombre mortal. Su único proyecto, es el de un ¡hombre
resucitado!
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)