Hacerse rico de lo que vale ante Dios
17/10/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 12, 13-21
En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo:
“Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”. Pero Jesús le
contest: “Amigo, quién me ha puesto como juez en la distribucin de las
herencias?”
Y dirigiéndose a la multitud, dijo: “Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del
hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea”.
Después les propuso esta parábola: “Un hombre rico tuvo una gran cosecha y se
puso a pensar: „Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya
sé lo que voy hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para
guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes
bienes acumulados para muchos años, descansa, come, bebe y date a la buena
vida‟. Pero Dios le dijo: „Insensato! Esta misma noche vas a morir. Para quién
serán todos tus bienes?‟ Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo
y no se hace rico de lo que vale ante Dios”. Palabra del Seor.
Oración introductoria
Señor, dame esa sabiduría y apertura de corazón que logren transformar en Ti toda
mi vida. Yo creo, espero y confío en Ti, pero te pido que en esta oración aumentes
mi fe, esperanza y caridad para que no sea como el insensato del Evangelio.
Petición
Espíritu Santo, fortaléceme para saber distinguir lo que vale para la eternidad y
sepa confiar en tu Providencia divina.
Meditación
«Las cosas más grandes de nuestra vida no pueden ser adquiridas ni pagadas,
porque las cosas más importantes y elementales de nuestra vida sólo pueden ser
un regalo: el sol y su luz, el aire que respiramos, el agua, la belleza de la tierra, el
amor, la amistad, la vida misma. Todos estos bienes esenciales y centrales no
podemos comprarlos, sino que los recibimos como regalo. [] También hay cosas
que nadie nos puede quitar, que ninguna dictadura, ninguna fuerza destructora nos
puede robar. Nadie nos puede quitar el ser amados por Dios, que en Cristo nos
conoce y ama a cada uno; y, mientras tengamos esto, no somos pobres, sino ricos.
Si de Dios recibimos dones tan grandes, también nosotros debemos dar: en ámbito
espiritual debemos dar bondad, amistad y amor. Pero también debemos dar en el
ámbito material. El evangelio habla de compartir el pan. Estas dos cosas deben
penetrar hoy en nuestra alma. Debemos dar, porque también nosotros hemos
recibido. Debemos transmitir a los demás el don de la bondad, del amor y de la
amistad. A la vez, a todos los que necesitan de nosotros y a los que podemos
ayudar, debemos darles también dones materiales, haciendo así que la tierra sea
más humana, es decir, más cercana a Dios» (Benedicto XVI, 3 de agosto de 2008).
Reflexión apostólica
«Dentro de los múltiples talentos que Dios concede al hombre, el tiempo posee un
valor particular. El tiempo, para todo hombre, se identifica con el decurso de la
propia vida; el tiempo es camino y oportunidad; el tiempo es ocasión de gracia. Por
su carácter esencialmente pasajero, el tiempo transcurre inexorablemente. El
tiempo es la oportunidad para realizar la misión » (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 200).
Propósito
Dar un donativo en especie o en efectivo a la oficina de Cáritas de mi parroquia.
Diálogo con Cristo
Señor, gracias por concederme la sabiduría para saber distinguir los bienes que
convienen para la eternidad, para que el espejismo de lo pasajero no me ciegue y
para saberte reconocer en los rostros de las personas que has dispuesto en mi
camino. Permite que salga de mí mismo, que deje mis propias seguridades y
apegos, para encaminarme a cumplir tu voluntad.
«¡Qué pequeños somos! ¡Qué pronto se nos va la vida! ¿Verdad que es un punto en
medio de la eternidad? ¿Verdad que somos microscópicos granos de arena junto a
esa montaña sin fin que es Dios? Hemos pues de dejar pasar lo que pasa y
detenernos slo en lo que es eterno, Dios
( Cristo al centro, n. 2077).