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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
X Semana del Tiempo Ordinario
Martes
Salmo 4
El salmista está inmenso en una situación de tensión social, no se desespera
ni busca seguridad en otros medios, pone su confianza en Dios e invita a los demás
a hacer lo mismo.
Se trata de la oración de alguien que ha visto su honor ultrajado. Los responsables
de tal ultraje son acusados de idolatría, descrita con las expresiones de “amar la
falsedad” y “buscar el engao”. Falsedad y engao son sinnimos de ídolos. Por lo
tanto aquí tenemos un conflicto entre quien permanece fiel al Dios verdadero y
quienes se dejan seducir y arrastras por los “falsos dioses” o ídolos. El ultraje del
que nos habla el salmista no consiste solo en palabras sino en “aprieto y angustia”,
lo que nos lleva a pensar en una persecución.
El Salmista ha sido fiel en la persecución gracias a la asistencia y ayuda de Dios que
ha hecho “maravillas en su favor”, escuchando el clamor de su oracin.
Este salmo nos invita a confiar en el Señor, aún en medio de la persecución y
nos recuerda que nosotros hemos de ser luz, sal y fermento en medio de la masa y,
precisamente porque en esa masa hay muchos elementos adversos y contrarios al
Amor de Dios, hemos de fortalecer nuestra fe y nuestra esperanza en el Señor para
poder seguir dando testimonio de la Verdad, que es Cristo, en medio de este
mundo, de nuestros ambientes, de nuestra familia, de nosotros mismos.
Quizá sea esta una de las más urgentes necesidades, por no decir la más
urgente, de la comunidad cristiana, recuperar, reforzar, afianzar esa fe y confianza
inquebrantables en Dios, que es Padre, que es Amor, que es Misericordia, y que
aunque las circunstancias nos griten lo contrario, nunca abandona a sus fieles y a
aquellos que lo buscan con sincero corazón.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)