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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XII Semana del Tiempo Ordinario
Lunes
Salmo 59
El salmo busca iluminar el trágico final del reino del Norte, (Samaria), que se
separó del Sur después del reinado de Salomón. El año 721 antes de Cristo,
después de tres años de asedio, el rey Salmanasar conquista Samaria y deporta a
sus habitantes a Asiria. El reino de Judá, el del Sur, va a quedar a salvo todavía
durante más de un siglo. El salmo nos da la clave para la interpretación religiosa de
este triste final: “Oh Dios, nos rechazaste, estabas airado... hiciste sufrir un
desastre a tu pueblo... tú nos has rechazado y no sales ya con nuestras tropas”.
Aprendamos la lección. La infidelidad, el pecado, la flojedad en nuestra
alianza con Dios, nos llevan a desastres más o menos calamitosos, a la ruina
personal y a la comunitaria. La culpa no es de Dios, sino nuestra. Si seguimos los
caminos de Dios, tendremos vida; si preferimos los más cómodos de este mundo,
nosotros mismos nos estamos condenando a la esterilidad y al fracaso. Y no se
podrá decir que no hayamos tenido avisos. Los israelitas desoyeron a los profetas.
Nosotros tenemos a Cristo mismo y a la Iglesia que nos recuerda sus
palabras: que el que edifica sobre arena se expone a derrumbes estrepitosos. El
salmo nos hace reconocer la culpa y pedir clemencia a Dios: “que tu mano
salvadora, Señor, nos responda... restáuranos... auxílianos contra el enemigo, que
la ayuda del hombre es inútil”.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)