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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XIV Semana del Tiempo Ordinario
Jueves
Salmo 79
Este salmo es una lamentación pública ante una grave desgracia: una
invasión militar. El pueblo orante pide la restauración, que es volver a gozar de la
benevolencia divina y de la prosperidad. Las emociones expresadas son
fundamentalmente dos: la amargura que se siente en el abandono, bajo la presión
enemiga, y la confianza en la protección divina: ven, Señor, a salvarnos.
Con este salmo podemos hoy pedir por los fieles y los pastores. También el
nuevo Israel sucumbe frecuentemente ante el enemigo, y le falta mucho para ser
aquella vid frondosa que atrae las miradas de quienes tienen hambre de Dios: Tú,
Señor, elegiste a la Iglesia para que llevara fruto abundante, tú la quisiste
universal, quisiste que su sombra cubriera las montañas, que extendiera sus
sarmientos hasta el mar; y, fíjate, sus enemigos la están talando, su mensaje topa
con dificultades, su Evangelio, con frecuencia, es adulterado; pon tus ojos sobre tu
Iglesia, despierta tu poder y ven a salvarnos, que tu mano proteja a los pastores, a
nuestro obispo, el hombre que tú fortaleciste para guiar a tu Iglesia. Ven, Señor
Jesús, y sálvanos .
También podemos aplicarlo a nuestra vida personal: ¡Oh Dios, restáuranos!,
puede ser la petición de cada uno y de nuestra comunidad. Dios puede hacer brotar
también en nosotros el ideal comunitario y misionero de los orígenes. Es preciso
recordarle a Dios Padre su bondadosa presencia y eficacia de otros tiempos. “¡Ven a
visitar tu viña!” “¡Danos vida para que invoquemos tu nombre!” “¡Que brille tu
rostro y nos salve!”: ven, Señor, a salvarnos.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)