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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XV Semana del Tiempo Ordinario
Martes
Salmo 47
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las
tribulaciones.” Amparo abrigo, defensor, defensa, protección. Dios es nuestro
defensor y nuestra fuerza, nuestra pronta ayuda, nuestro pronto socorro en la
adversidad, en nuestra aflicción, en nuestra angustia, en nuestra calamidad, en el
dolor, en la miseria, escasez, en nuestras enfermedades, en nuestros
sufrimientos. En todo tiempo Dios debe ser nuestra confianza.
Jesús llama al Espíritu Santo “otro defensor”, otro Abogado, lo cual significa
que El también es nuestro abogado, nuestro defensor sobre todo contra todo
aquello que llene nuestro corazón de angustia y de tristeza. Aquí tenemos clara la
identidad del Espíritu Santo se define en el hecho que es “Seor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria y que habló por los profetas” El Espíritu Santo es siempre el
Amor puesto al servicio de la vida.
Nos llena de alegría saber que lo esencial del cristianismo es que una religión
que no produce miedo. Ante el “Acusador” que trata de hundirnos, ante el mundo
que nos “culpabiliza”, ante la “debilidad” de nuestra carne, tenemos “un defensor”
que, de día y de noche, intercede por nosotros y destruye todas las que no nos
dejan vivir en paz y en alegría.
El Espíritu Santo nos ayuda a vivir la vida “con otro aire”, “con otro estilo”, el
estilo de una confianza que provoca en nosotros el saber que Cristo Vive como
defensor nuestro ante todas las acusaciones y que nos da como fruto de la
Resurreccin el Espíritu Santo, que como “Seor y dador de vida” vence todos
nuestros miedos, todas nuestras muertes, para vivir en la confianza de los hijos de
Dios.
El Señor nunca nos deja. Siempre actúa a nuestro favor. “Dios es nuestro
amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.” Amparo abrigo,
defensor, defensa, protección.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)