1
Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XVI Semana del Tiempo Ordinario
Jueves
Salmo 35
Tú eres, Señor, la fuente de la vida. En efecto, Dios ha creado al hombre a
su imagen y semejanza, llamándolo a la existencia por amor, lo ha llamado al
mismo tiempo al amor. Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de comunión
de amor. Creándolo a su imagen y conservándolo continuamente en el ser, Dios
inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación, y
consiguientemente la capacidad y la responsabilidad, del amor y de la comunión.
El amor es, por tanto, la vocación fundamental e innata de todo ser humano.
Cuerpo material y alma espiritual forman la persona humana. El cuerpo es cuerpo
humano porque está presente el alma, y el alma es alma humana porque vivifica un
cuerpo.
“El don de la vida, que Dios Creador y Padre ha confiado al hombre, exige
que éste tome conciencia de su inestimable valor y lo acoja responsablemente. Dios
es bueno, Dios da a los hombres para indicar el camino de la vida, sus
mandamientos y la gracia para observarlos; y también porque es bueno, Dios
ofrece siempre a todos para ayudarles a perseverar en el mismo camino, su
perdón. Cristo se compadece de nuestras fragilidades: El es nuestro Creador y
nuestro Redentor” 1 .
Por tanto, la dignidad de la persona humana se deriva de haber sido creada a
imagen y semejanza de Dios. La vida es un don, que Dios Creador y Padre, ha
confiado al hombre. Toda vida humana, por su dignidad debe ser respetada desde
su inicio hasta la muerte natural, por el Señor es la fuente de la vida.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)
1 Congregación para la Doctrina de la Fe. Instrucción Donum Vitae (Sobre el respeto de la vida humana
naciente y la dignidad de la procreación, 1987.