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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XVII Semana del Tiempo Ordinario
Jueves
Salmo 145
Dichoso el que espera en el Señor. En esta bella composición poética se
contrapone la suerte del que confía en el hombre y la del que confía en Dios.
El efecto, El salmo nos hace dirigir nuestra mirada a Dios, poniendo sólo en
él nuestra confianza: No confiemos en el hombre -ni en nosotros mismos ni en
ninguno de los mortales-, pues los seres de polvo no pueden salvar . Apoyémonos,
en cambio, en el Señor, pues es dichoso aquel a quien auxilia el Dios de Jacob, ya
que sólo él liberta a los cautivos, abre los ojos al ciego, da pan a los hambrientos .
Dichoso el que confía en Dios, Él es el gran Auxiliador en toda clase de
necesidades del hombre, en contraste con la impotencia y fragilidad nuestra. Él es
Creador; siempre fiel y valedor de oprimidos, hambrientos, cautivos, ciegos,
peregrinos o huéspedes, huérfanos y viudas .
Sólo en ti, Dios de Jacob, esperamos, porque sólo tú eres poderoso y fiel;
libértanos, Señor, de nuestra cautividad, abre nuestros ojos, levanta nuestro
abatimiento, danos pan, pues nos sentimos hambrientos, justicia, pues nos
sentimos oprimidos. Por Jesucristo nuestro Señor.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)