XXX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
SHEMA, NO CORREGIDO, PERO SÍ AUMENTADO
Padre Pedrojosé Ynaraja
Los judíos eran conscientes de la originalidad de la doctrina de Jesús. No eran
heréticas sus enseñanzas, pero no coincidían con lo que ellos proclamaban. Esta
singularidad atractiva para las gentes sencillas, que las consolaba y colmaba de
esperanza, irritaba al gremio de la “aristocracia espiritual” que los desplazaba de su
adquirida fama y prestigio. Si el evangelio del domingo pasado nos contaba el
interés que tuvieron unos por desacreditarlo, el de hoy nos refiere los propósitos de
los contrarios, por conseguir su marginación. Creían ellos que el Señor se aferraría
a su singularidad y caería, por el prurito de conservarla, en oponerse a la Ley de
Moisés, hallando en ello motivo de condena.
Antes de continuar, mis queridos jóvenes lectores, os referiré, por si lo ignoráis, lo
que es y lo que representa el “SHEMA”. En realidad, esta palabra es el inicio de la
oración fundamental del fiel judío. Significa: escucha. A continuación, viene el
contenido de la respuesta de Jesús. La plegaria, es un extracto de la Ley y la
expresión de su identidad. Se le invita al niño a recitarla por la mañana y por la
noche. Se repite en múltiples ocasiones y el más sublime sueño del piadoso hebreo,
es morir recitándola. No os extrañe, pues, que si veis una película que se refiera al
triste, injusto y trágico episodio de la persecución nazi contra el Pueblo escogido,
escuchéis que las victimas mueren recitándola. Shema Israel, Adonay ejad… es su
inicio. Son, aun hoy en día, sus más queridas palabras, se las podéis preguntar a
cualquier judío, que con emoción os las dirá. En mi recuerdo están algunas
ocasiones en las que las escuché. Yendo, la segunda vez que peregrine a Tierra
Santa, camino del Sinaí, un joven pediatra, que para la ocasión ejercía de guía, nos
había dicho que él no era creyente. Matizó su afirmación después, pero se
vanagloriaba de su agnosticismo. En la cima del Sinaí, cantamos nosotros el
“Credo”, siguiendo una melodía que era muy popular en Cataluña. Le pedimos a él
que nos recitara el Shema. Nos contestó de inmediato: aquí no puedo hacerlo así,
aquí lo he de cantar. Y en nuestra minúscula presencia, entre la inmensidad de
montañas, ora rosadas, ora azules, del amanecer, resonó cantada, vociferada y
solemne, la afirmación religiosa. Se nos puso la carne de gallina al escucharle. He
vivido ocasiones semejantes.
En el penúltimo viaje, durante la entrevista que nos concedió el Sumo sacerdote
Samaritano, le hice la misma petición. En este caso pronunció la afirmación de fe
monoteísta y de sumisión de criatura que ama a su Creador, según su texto
peculiar y lengua propia… Acostumbran los judíos colocar un estuche en la parte
superior derecha de la entrada de sus casas y en las puertas interiores de la
estancia, su nombre es Mezuzá, contiene en su interior, escritos a mano, textos
bíblicos en miniatura, generalmente el Shema.
Os he contado todo esto, mis queridos jóvenes lectores, para que entendáis lo
oportuna que fue la respuesta del Maestro. Si fue acertada y escapó a cualquier
condena, no desaprovecho la oportunidad de dar a conocer que el amor a Dios no
era suficiente y, sin que se lo pidieran, añadir que el amor al prójimo, es una
exigencia de idéntico valor. Aquí reside la originalidad de su doctrina. Aquí la
nuestra. Los dos mandamientos sostienen nuestra Fe. Uno solo es equilibrio
inestable. Si observáis el mapamundi y tratáis de saber que hay en él de
interesante, que sea capaz de resistir los avatares del paso de la muerte,
descubriréis que por todo él, hay monasterios donde habitan adoradores,
intercesores, contemplativos, místicos, del Dios único. Paralelamente, con el
nombre de Caritas o de una cantidad ingente de congregaciones religiosas y de
ONGs, que además de interceder, trabajan, sea mediante hospitales, escuelas u
hogares de acogida. La respuesta del Señor se expresa actualmente en un
monasterio carmelita, en una cartuja, en un asilo de Hermanitas de los pobres o de
los desamparados, por citar emblemáticos ejemplos, que hay muchos más.
Como se dice: mete más ruido un árbol que cae, que un bosque que crece
lentamente. Lo noticioso será, en todo caso, el árbol atravesado y no la plantación,
que proveerá de madera y frutos a un poblado. Os lo digo para que no os sintáis
acongojados cuando os hablen de malos comportamientos de algunos cristianos,
sean clérigos o no, o de riquezas inútiles en posesión de eclesiásticos, que se
ofrecen generosamente al pueblo. La Iglesia es fiel al Evangelio proclamado en el
fragmento de la misa de hoy y en otros sitios. (Por si no lo sabéis, y para acabar,
las ONGs de tanta actualidad, han surgido de organizaciones cristianas o por lo
menos de culturas que dependen de ellas. No las busquéis en otros ámbitos).
Os decía antes, que la presencia en cualquier lugar del mundo de un cristiano
consciente y responsable, suponía que junto a él había un recinto de oración y uno
o varios servicios de ayuda al hambriento o el solitario. Vuestra vida, en el ámbito
de vuestro pequeño mundo individual, debe ser una muestra, un ejemplar
quehacer, de este o estos mandatos del Señor
Padre Pedrojosé Ynaraja