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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XXIII Semana del Tiempo Ordinario
Jueves
Salmo 138
Señor, no dejes que me pierda, hemos respondido al salmo, podemos en
este día continuar nuestra oración así:
Señor, ¡Ayúdame a ver la otra faz de las cosas! Si me das el triunfo, no me
quites la humildad. Si no me lo das, afirma mi tenacidad, para seguir luchando.
Y si me haces humilde, no permitas que pierda el concepto de mi propia
estimación. Señor, ¡Ayúdame a ver la otra faz de las cosas! Si me otorgas poder,
haz que conserve la razón en la ecuanimidad y justicia. No dejes que me tiente la
soberbia en el triunfo. No me conviertas en quien sacrifica al manso cordero, ni en
manso cordero para ser sacrificado. No permitas que me sienta dueño de la verdad.
Enséñame que el perdón es fortaleza, que la venganza es demostración de
debilidad, y que el olvido del pasado es negación del mañana. Recuérdame, a toda
hora, mi condición de ser humano, que sirve a los semejantes y que depende de
ellos. Y hazme fuerte, para hacer el bien, e inteligente para comprenderlo.
Señor, ¡Ayúdame a ver la otra faz de las cosas! Haz que diga la verdad frente
a los poderosos, y que no emplee el engaño ante los débiles. Y si ofendo en un
momento de extravío, dame el coraje para disculparme.
Y si es a mí, al que ofenden, concédeme valor para perdonar. Señor,
¡Ayúdame a ver la otra faz de las cosas! No dejes que crea ser más de lo que soy,
ni que sea menos, de lo que debo ser. Pero, si me niegas todo, no me niegues la
gracia de la fe. Si yo te olvido, por favor, tú ¡no me olvides! (Francisco Manrique)
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)