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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XXIII Semana del Tiempo Ordinario
Viernes
Salmo 83
Qué agradable, Seor, es tu morada. Este Salmo es Anhelo de la presencia de
Dios en el templo . El salmista comienza expresando su nostalgia y su ansia por
llegar al templo. El templo es morada de Dios y refugio del hombre sin morada. En
este salmo se expresa muy al vivo la devoción de los buenos israelitas hacia el
templo de Jerusalén, y lo que éste significaba en la vida religiosa de Israel. El fondo
de todo el Salmo está representado por el templo, hacia el que se dirige la
peregrinación de los fieles.
El peregrino expresa su gran felicidad por estar un tiempo en los atrios de la
casa de Dios, y contrapone esta felicidad espiritual a la ilusión idolátrica, que
impulsa hacia «las tiendas del impío», o sea, hacia los templos infames de la
injusticia y la perversión.
Desde esta perspectiva, la peregrinación concreta se transforma en una
parábola de la vida entera, en tensión entre la lejanía y la intimidad con Dios, entre
el misterio y la revelación. También en el desierto de la existencia diaria, los seis
días laborables son fecundados, iluminados y santificados por el encuentro con Dios
en el séptimo día, a través de la liturgia y la oración en el encuentro dominical, en
el que hemos de exclamar: Qué agradable, Seor, es tu morada.
La Iglesia entera es templo por la presencia en ella de Cristo Señor. Pero
todos estos templos son jalones en la gran peregrinación cristiana hacia la casa del
Padre: por Jesucristo, él nos da la fuerza para comenzar nuestra peregrinación,
caminando de baluarte en baluarte; él trasforma este valle de nuestra
peregrinación; en él está la máxima y definitiva bienaventuranza.
Como Jesús, también nosotros queremos, Padre, llegar hasta ti; Tú colmas
esa aspiración de infinito que has incrustado en nuestro ser; sólo en ti hallaremos el
sosiego; haz que sepamos que para llegar a ti hemos de recorrer el camino que
pasa por la cruz. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)