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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XXIV Semana del Tiempo Ordinario
Martes
Salmo 99
Sirvamos al Señor con alegría: esta frase del salmo nos lleva a recordar el
señorío de Dios en nuestra vida, y que servir al Señor debe ser motivo de alegría.
En realidad ¡…qué gozo tan grande se deriva del hecho de servir verdaderamente a
los demás! “Dios ama al que da con alegría” (2 Cor 9, 7).
Si queremos ser verdaderos discípulos del Señor, hemos de ser, como Él,
servidores de todos, sin excepciones, sin reivindicar presuntos „derechos‟ derivados
de la edad, de la situación económica o social, del éxito, etc. La enseñanza de
Jesucristo es muy clara: que el mayor entre ustedes se haga como el menor, y el
que manda como el que sirve.
Cuando prestemos nuestros servicios, tanto en el plano litúrgico como en el
de la familia o del trabajo, Cristo mismo quiere servir por medio de nosotros. Por
esto, esforcémonos en servir con cara alegre: el que tiene consejo, dé consejo, el
que tiene sabiduría, sabiduría, el que tiene dinero, dinero, y el que tiene alegría y
caridad, alegría y caridad. Sirvamos al Señor de balde y con todo lo nuestro, que El
nos dará el ciento por uno.
Señor, Dios bueno, cuya misericordia es eterna, y cuya fidelidad dura por
todas las edades, haz que te sirvamos con alegría durante este día y siempre, con
la esperanza de entrar por tus puertas con acción de gracias, para bendecir tu
nombre, por los siglos de los siglos.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)