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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XXIV Semana del Tiempo Ordinario
Jueves
Salmo 117
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno. Este, esta respuesta al Salmo
es una adoración a Dios al reconocer en este atributo: Dios es bueno, es bueno con
todas sus criaturas; debemos ser agradecidos con Dios, porque las misericordias
del Señor jamás terminan, nunca fallan sus bondades.
En nuestra vida cotidiana la gratitud se manifiesta, usualmente en un primer
momento, con un espontáneo „¡gracias!‟. La persona agradecida prontamente „se
vuelve‟ hacia aquél de quien procede el beneficio recibido para darle gracias y
corresponderle de algún modo proporcionado.
A mayor el beneficio, mayor la gratitud. Por ello, cuando contemplamos y
estimamos en su justa medida lo que Dios ha hecho por nosotros (en realidad, todo
lo que somos y tenemos se lo debemos a Él), cuando reconocemos el valor infinito -
en sí mismo y para nuestra vida- del Don que Él nos ha dado en su Hijo, cuando en
este Don comprendemos lo extraordinariamente valiosos que somos cada uno de
nosotros para Dios y lo mucho que Él nos ama, no cabe sino desear corresponderle
de algún modo: “¿cmo pagaré al Seor todo el bien que me ha hecho?”.
La mejor manera de dar gracias al Padre es esforzándonos por ser
verdaderamente lo que estamos llamados a ser, desplegando la vida nueva que por
el Don de su Espíritu Él nos ha dado en su querido Hijo, participando de Su santidad
mediante nuestra progresiva conformación con el Señor Jesús, el Hijo de Santa
María.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)