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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XXIV Semana del Tiempo Ordinario
Sábado
Salmo 55
Caminaré en la presencia del Señor. Dios no está lejos de aquellos que le
aman. Dios está más cerca de nosotros que nosotros mismos; Él continuamente se
cruza en nuestro caminar de mil formas. Nos dice el Catecismo de la Iglesia
Católica que el Señor Jesús “esta presente de múltiples maneras en su Iglesia: en
su Palabra, en la oración de su Iglesia, “allí donde dos o tres estén reunidos en mi
nombre”, en los pobres, los enfermos, los presos, en los sacramentos de los que El
es autor, en el sacrificio de la misa y en la persona del ministro. Pero, “sobre todo
(está presente), bajo las especies eucarísticas”.
El Señor Jesús es realmente el “pan de la Presencia”, pues en el Santísimo
Sacramento lo está de forma verdadera, real y substancial. Jesús, “el único Nombre
que contiene la presencia que significa”, es el Emmanuel, Dios con nosotros, quien
nos da a conocer el Rostro de Aquél que buscamos incesantemente.
Ante esta realidad, que otra cosa podemos hacer, sino apropiarnos de la
repuesta al salmo: Caminaré en la presencia del Señor, para imitar al salmista,
ante todo a la Virgen María: Nuestra Madre Santa María vivió siempre en presencia
de Dios de una manera tan sublime y real que llegó a ser Morada de su Presencia.
La presencia del Señor en su seno la mueve al anuncio y al servicio; es por
ello que vemos a la Madre en la Visitación portando al Mesías y reflejando su
presencia a Isabel. Y en el momento más desgarrador, al pie de la Cruz, la Madre
no huye, sino que permanece con su firme presencia, renovando en medio de su
dolor el fiat inicial: “Aquí estoy contigo, yo que soy la Sierva del Señor”.
Que a ejemplo de María, aprendamos a caminar obedientemente por los
senderos del Seor: “quien guarda su Palabra, ciertamente en él el amor de Dios ha
llegado a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él. Quien dice que
permanece en él, debe vivir como vivi él”. Es por ello que, en el cielo dicha
presencia será consumada, porque allí estaremos eternamente en Él y Él en
nosotros, donde está nuestra Madre del cielo.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)