1
Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XXVI Semana del Tiempo Ordinario
Miércoles
Salmo 87
Señor, que llegue hasta ti mi súplica . Podemos continuar nuestra respuesta
al salmo diciendo: Oye, oh Señor, atiende a mi clamor por mi alma. Atiende a mi
clamor por mi cuerpo. Atiende a mi clamor por ellos, para que entre ellos reine
siempre la armonía. Mi cuerpo es tu templo, Santo de Israel y mi alma es tu
imagen y semejanza invisible en mí. Presta oído a mi oración, que es de un alma
que espera ver la eternidad.
Presta oído a mis súplicas, Dios eterno de Israel. Líbrame de mis angustias y
mis miedos.
Líbrame de aquellos pensamientos que me guían por el camino de la perdición.
Señor llegue a ti clamor, no te escondas de mi súplica.¡Yo sufro! Atiende la
oración de tu siervo y a su súplica. En la angustia me has aliviado; ten piedad de
mí.
Mi oración se deleita en reverenciar tu nombre. Haz prosperar hoy a tu siervo
en todo lo que emprenda.
Sea mi cuerpo una casa de oración dedicada a ti. Niños, jóvenes, adultos y
ancianos;
mujeres y hombres: Todos vienen a ti; pues tú escuchas la oración.
¿Es pura mi oración? Perdona todos mis pecados. No te cubras de una nube
para que no pasen mis oraciones.
Cuando sea juzgado, salga inocente, porque creo en la redención de tu Hijo
Jesús. No se convierta mi oración en pecado.
A ti, oh Señor, elevo mi cuerpo. A ti, oh Señor, elevo mi espíritu. A ti, oh
Señor, elevo mi alma. Tú has escuchado la voz de mi oración. Me entregaré a la
oración; pues sólo así me siento cerca de ti, sólo así me siento parecido a ti. Señor,
que llegue hasta ti mi súplica
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)