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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XXVII Semana del Tiempo Ordinario
Miércoles
Salmo 116
Bendito sea el Señor. La frase “Bendito sea Dios”, que aparece
frecuentemente en los salmos y el Nuevo Testamento, es una oración de alabanza y
reconocimiento a la bondad y misericordia de Dios y a los beneficios que nos ha
otorgado. Con la frase “Bendito sea el señor, con la que hemos respondido al
salmo, tiene ese mismo significado cuando la usamos en nuestras oraciones.
Hagámoslo en este momento con el corazón con estas palabras:
Bendito seas, Señor, Padre Santo porque en tu infinita bondad, con la voz del
Espíritu, siempre has llamado a hombres y mujeres, que ya consagrados en el
Bautismo, fuesen en la Iglesia signo del seguimiento radical de Cristo, testimonio
vivo del Evangelio, anuncio de los valores del Reino, profecía de la Ciudad última y
nueva.
Te glorificamos, Padre, y te bendecimos, porque en Jesucristo, tu Hijo, nos
has dado la imagen perfecta del servidor obediente: Él hizo de tu voluntad su
alimento, del servicio la norma de vida, del amor la ley suprema del Reino.
Te glorificamos, Padre, y te bendecimos, porque en Jesucristo, nuestro
hermano, nos has dado el ejemplo más grande de la entrega de sí: Él, que era rico,
por nosotros se hizo pobre, proclamó bienaventurados a los que tienen espíritu de
pobre y abrió a los pequeños los tesoros del Reino.
Te glorificamos, Padre, y te bendecimos, porque en Jesucristo, hijo de la
Virgen Madre, nos diste un modelo supremo de amor consagrado: Él, Cordero
inocente, vivió amándote y amando a los hermanos, murió perdonando y abriendo
las puertas del Reino.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)