1
Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XXIX Semana del Tiempo Ordinario
Lunes
Salmo 99
El Señor es nuestro dueño . Sí, Jesús es nuestro dueño, Él murió por nosotros
y nos compró con su propia sangre (1Cor 6:20; Hechos 20:28). Si hemos creído en
Cristo como nuestro salvador, Él es nuestro Señor soberano.
Pero hoy podemos preguntarnos ¿realmente creo que el Señor es el dueño
de mi vida? Cuántas veces no somos capaces de encontrar a Nuestro Señor porque
no tenemos un corazón sencillo, abierto, transparente, sino que tenemos un
corazón enredado, tergiversado por dentro; y damos vueltas a las cosas, y
permitimos que el egoísmo vaya por mil vericuetos dentro de nuestra vida, y
aceptamos que nuestra soberbia o nuestra pereza se conviertan en los verdaderos
reyes y señores de nuestra existencia.
¿Cómo podemos saber si nuestra vida está llena de la ciencia del Señor, si
Dios es realmente el dueño, el Señor de nuestra vida? Cuando podamos decir como
san pablo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mi; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el
cual me amó y se entregó a si mismo por mi.” (Gál 2:20).
Ya que la sangre preciosa de Jesucristo nos redimió, no hay parte de
nosotros que haya sido comprada por Él. Podemos decirnos a nosotros mismos: Ya
no sigo siendo dueño de mí mismo. Cristo sólo es dueño de mi mente para pensar
sus meditaciones, es dueño de mis ojos para poder ver el mundo, dueño de mis
manos para tocar, sentir y para hacer su voluntad en su servicio, dueño de mis pies
para ir donde él me ordena que haga su voluntad, dueño de mi persona entera para
sentir su encanto y resplandecer su persona.
Hay solamente una persona quien tiene el poder de ser dueño de nosotros
porque él murió por nosotros. Porque el se levantó de los muertos él ahora puede
entrar y ser dueño de nuestras personalidades a través de su Espíritu Santo. El
vive dentro de nosotros de nuevo.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)