1
Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XXXI Semana del Tiempo Ordinario
Sábado
Salmo 111
Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandatos . El temor
religioso ni siquiera es pariente del miedo. Dios no quiere aterrorizar al “pequeo
rebao”. La constante exhortacin bíblica a no temer infunde fortaleza a quienes
han de habérselas con los hombres. La autoridad divina lejos de infundir temor,
genera confianza en Dios y en Cristo, que venció al mundo.
Una confianza de esta índole propicia una generosa entrega, un abnegado
servicio, con la consiguiente observancia de los mandamientos. La misericordia de
Dios se extiende sobre estos hombres, cuyo corazón está firme en el Señor. Un día
recibirán la recompensa eterna por ser temerosos del nombre de Dios.
“Quien teme a Dios está tranquilo incluso en medio a las tormentas, pues
Dios, como Jesús nos lo ha revelado, es Padre lleno de misericordia y de bondad.
No tener temor de Dios equivale a ocupar su lugar, sentirse patrones del bien y del
mal, de la vida y de la muerte. En cambio, quien tema a Dios advierte en sí la
seguridad que tiene el nio en los brazos de su madre” (Benedicto XVI). Por esto
son Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandatos.
Oh Dios, que permites que quien te teme no tenga temor de las malas
noticias; haz que nuestro amor hacia ti sea tan humilde y acogedor que nos
dejemos transformar por la seguridad que Tú nos infundes.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)