1
Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XXXII Semana del Tiempo Ordinario
Miércoles
Salmo 22
El Señor es mi pastor, nada me faltará . Jesús dijo de sí mismo: “yo soy el
buen pastor…” Esta imagen del pastor es muy evocadora de un amor tierno y
providente por parte de Dios Padre, en su Hijo Jesús, hacia cada uno de nosotros.
Las ovejas que tienen a Jesús por pastor nada les falta porque el buen pastor está
dispuesto a dar la vida por sus ovejas. Jesús ha dado realmente la vida por sus
ovejas, librándolas de Satanás (el lobo), al que ha vencido con su propia muerte y
su resurrección gloriosa.
El Señor es mi pastor, nada me falta . La imagen del buen pastor ha inspirado
las mejores poesías de nuestra literatura española:
“Un pastorcito solo está penado, ajeno de placer y de contento y en su
pastor ha puesto el pensamiento y el pecho del amor muy lastimado”
(san Juan de la Cruz);
“Pastor que, con tus silbos amorosos, me despertaste del profundo
sueño...” (Lope de Vega);
“¿Y dejas, pastor santo, tu grey en este valle hondo, oscuro...?” (Fray
Luis de León);
“Oveja perdida, ven sobre mis hombros, que hoy no sólo tu pastor
soy, sino tu pasto también” (Luis de Góngora).
Jesucristo es el más bello de los hombres, y la vida cristiana es bella, porque
está pletórica del amor de Cristo. Sí, El Señor es mi pastor, nada me falta .
Mirando esta imagen del buen pastor, agradecemos a Jesucristo que haya
dado pastores a su Iglesia: el Papa, los obispos, los sacerdotes, que le hacen
presente a Él y nos recuerdan que, si el Señor es mi pastor, nada me falta. Y le
pedimos que no nos falten nunca en su santa Iglesia pastores según su corazón.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)