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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XXXIII Semana del Tiempo Ordinario
Jueves
Salmo 149
Bendito sea el Señor . La oración cristiana es tan rica que puede tomar
diversas formas: existe la oración de bendición, de adoración, de petición, de
intercesión, de acción de gracias y de alabanza. Nuestra respuesta al salmo 149 es
una oración de bendición: es la respuesta agradecida del hombre a los dones y
regalos inmerecidos de Dios: desde la vida misma hasta la naturaleza y las cosas
materiales que hemos recibido de la bondad del Señor.
La respuesta al salmo nos hace recordar este canto eucarístico: Bendito,
bendito, bendito sea Dios. Los ángeles cantan y alaban a Dios. Sí, Bendito sea
Cristo nuestra Roca, el baluarte donde estamos a salvo. También podemos traer a
la memoria esta bendición de san Francisco de Asís: Omnipotente, Altísimo,
bondadoso Señor,
tuyas son la alabanza, la gloria y el honor, tan sólo Tú eres digno de toda bendición
y nunca es digno el hombre de hacer de Ti mención.
Desde estas ideas descubrimos que la oración de Bendición expresa el
movimiento de fondo de la oración cristiana: es un encuentro de Dios con el
hombre, la oración de bendición es la respuesta del hombre a los dones de Dios:
porque Dios bendice, el corazón del hombre puede bendecir a su vez a Aquel que es
la fuente de toda bendición. San Agustín dice que “Dios tiene sed de que el hombre
tenga sed de Él.
Bendito seas, Señor, nuestra Roca; sobre ti estamos construidos como un
alcázar, un baluarte, un refugio; Tú eres la Roca consistente de la que mana el
agua de la vida; edifícanos sobre ti, concede consistencia a nuestra fe, sácianos del
agua del Espíritu para que nuestra vida sea fecunda
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)