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Salmos diarios, Ciclo II, Año Par. Explicados
XXXIII Semana del Tiempo Ordinario
Viernes
Salmo 118
Mi alegría es cumplir tus mandamientos . El hombre justo se goza en cumplir
los mandamientos (...). No olvida la voluntad de Dios (...). No se desvía de los
decretos de Dios (Sal 118, 106. 109. 110). La paz de la conciencia es la fuerza del
creyente; su constancia en cumplir los mandamientos divinos es la fuente de la
serenidad.
“Tus preceptos son mi herencia perpetua, la alegría de mi corazón” (v. 111).
Esta es la realidad más valiosa, la “herencia”, la “recompensa” (v. 112), que el
hombre justo conserva con gran esmero y amor ardiente: las enseñanzas y los
mandamientos del Señor. Quiere ser totalmente fiel a la voluntad de su Dios. Por
esta senda encontrará la paz del alma y logrará atravesar el túnel oscuro de las
pruebas, llegando a la alegría verdadera.
A este respecto, son muy iluminadoras las palabras de san Agustín, el cual,
comentando precisamente el salmo 118, desarrolla al comienzo el tema de la
alegría que brota del cumplimiento de la ley del Señor. “Esta respuesta: Mi alegría
es cumplir tus mandamientos, nos invita a la felicidad, la cual, como es sabido,
constituye la esperanza de todo hombre. En efecto, ¿puede haber alguien que no
desee ser feliz?, ¿ha habido o habrá alguien que no lo desee? Pero si esto es
verdad, ¿qué necesidad hay de invitaciones para alcanzar una meta a la que el
corazón humano tiende espontáneamente? (...) ¿No será tal vez porque, aunque
todos aspiramos a la felicidad, la mayoría ignora el modo como se consigue? Sí,
precisamente esta es la lección de aquel que dice: “Dichoso el que, con vida
intachable, camina en la voluntad del Señor”.
San agustín continúa diciendo: Sé lo que quieres; sé que buscas la felicidad.
Pues bien, si quieres ser feliz, lleva una vida intachable. Lo primero lo buscan
todos; pero son pocos los que se preocupan de lo segundo, sin lo cual no se puede
conseguir aquello que es la aspiración común. ¿Cómo llevar una vida intachable si
no es caminando en la voluntad del Señor? Por tanto, dichosos los que con vida
intachable caminan en la voluntad del Señor. Esta exhortación no es superflua, sino
necesaria para nuestro espíritu.
Hagamos nuestra la conclusión del gran obispo de Hipona, que reafirma la
permanente actualidad de la felicidad prometida a quienes se esfuerzan por cumplir
fielmente la voluntad de Dios. Mi alegría es cumplir tus mandamientos.
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Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)