Comentario al evangelio del Jueves 27 de Octubre del 2011
¿Separar del amor de Cristo...?
Continúa Pablo infundiendo esperanza, optimismo y pasión en este pasaje de la carta a los Romanos.
Frente a cualquier contrariedad y a cualquier fuerza hostil al ser humano, vence el amor salvador de
Dios. Nada ni nadie puede apartar al cristiano de Cristo. El fondo del texto parece que es de disputa, de
confrontación. Si vivimos la fe a la defensiva, este texto nos puede servir de justificación "¿quién
contra nosotros?". Podemos entenderlo en otro tono, sin entonar música de contienda. Podemos
recitarlo como un himno que inculca entusiasmo y alegría interior, y que describe la fuerza del amor
con que Dios nos ama. Incluso, saltando a la cita evangélica, hasta el punto de haber querido "reunir a
los hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas".
A veces, haciendo lo que no nos conviene, nos distanciamos del fuego y el gozo que transmite el
kerigma; "apedreamos" a los mensajeros de buenas nuevas. Jesús, que habla hoy como los antiguos
profetas, deja claro que nadie puede oponerse a su misión. El anuncio del Reino viene de Dios y no
necesita visado de entrada en este mundo. No obstante, Jesús reconoce que hay rechazo. Él lo va
experimentando personalmente y no rehúsa el enfrentamiento, arriesgando su vida. Llegará el nuevo
reino, no sin dolores, como todo alumbramiento. El camino de la cruz está perfectamente dibujado en
este fragmento de Lucas y orientado hacia Jerusalén, en las entrañas del pueblo de Sión. El lamento
sobre la ciudad santa, el mismo llanto de Jesús por ella tras su entrada triunfal (Lc 19,41), nos descubre
sus ruinas, sobre las que se alza el crucificado-resucitado. Jesús es el verdadero profeta que puede
reunir a los hombres y mujeres de cualquier clase y condición, raza, lengua y nación en el mensaje de
su vida.
El fuego y el gozo mantienen nuestro corazón cristiano cálido y nos permiten permanecer unidos a
Cristo, recibir lo que necesitamos de Él, experimentar el amor del que nadie se quiere separar cuando
lo ha conocido de veras.
Luis Angel de las Heras, cmf