Al verla, Jesús la llamó y le dijo: “Mujer, quedas libre de tu enfermedad”
Lc 13, 10-17
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. JESÚS ENSEÑANDO EN UNA SINAGOGA.
Un sábado, estaba Jesús enseñando en una sinagoga. Era costumbre de los judíos
reunirse los sábados en las sinagogas, en ese lugar leían y escuchaban las escrituras, se
acompañaban con cánticos de salmos. Jesús actuaba como un buen judío, seguía esta
costumbre y aprovechaba de enseñar la verdad, la Nueva Ley , interpretada contra la
casuística judía, y lo hacia como el que tiene autoridad.
2. MUJER, QUEDAS LIBRE DE TU ENFERMEDAD
Había allí una mujer, Jesús la vió, pero no como la miraban los ojos comunes, lo hizo con el
corazón, allí donde reina de lleno la bondad del Señor. Sabemos que Jesús tiene una
inclinación natural a hacer el bien, es más, el vino a hacer el bien, por eso cuando se fijo en
esa mujer enferma que llevaba dieciocho años afectada por causa de un espíritu malo, que
la tenía encorvada y no podía enderezarse, la llamó y le dijo: - Mujer, quedas libre de tu
enfermedad -. Jesús le impuso las manos y, al instante, la mujer se enderezó y empezó a
alabar a Dios.
3. EL QUE VA DONDE JESÚS, SE SALVA
El que va donde Jesús, se salva, el que vive encorvado mirando hacia la tierra por que esta
solo interesado en las cosas terrenales, si mira al Señor, El le invita a vivir mirando al cielo y
liberarlo del mal y a vivir dignamente con la cabeza levantada. Jesús le abre las esperanza
de salvación a los hombres, especialmente a aquellos que hacen una vida encorvada para
no mirar al Cielo, o porque el peso de las faltas, no le permite levantar cabeza. En otras
palabras nos invita a no vivir con la vista clavada de los goces terrenales, bienes materiales
de la tierra, pero si nos invita a tener fe en El y mirar hacia las alturas, como decía Juan
Pablo II, “No tengamos miedo de mirarlo a EL”
Dice el relato que llevaba dieciocho años enferma por causa de un espíritu malo, el atribuir
a Satanás la enfermedad era normal entre ellos, por razón de la amplia y espacialísima idea
que tenían los judíos semitas del concepto de la “causalidad.” El honor de Dios no destruye
el amor al ser humano, que es beneficencia y modo del amor a El.
4. AMOR A DIOS HECHO “EN SÁBADO.
El hecho milagroso de Cristo bien demostr la verdad de este amor a Dios hecho “en
sábado.” El atar y desatar nudos era uno de los 39 trabajos prohibidos en sábado, entonces
el Señor dijo: - ¡Hipócritas! ¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro del
pesebre para llevarlo a abrevar, aunque sea sábado? - Cristo argumenta con una
apreciacin de semejanza, es decir “a fortiori” con lo que harían ellos con un buey o un asno
en sábado, argumento de los más utilizados por los rabinos. Se lee en el Talmud: “No slo
se permite en sábado llevar un animal a abrevar, sino también sacar agua para él.”
Luego Jesús añade: Y a esta hija de Abrahán, a la que Satanás tuvo atada durante
dieciocho años, ¿no era bueno desatarla de esa atadura, aun en día de sábado? Jesús
privilegia a sus hermanos, el ama a su prójimo al extremo, siempre tiene una mirada de
compasión por el que sufre y para El es más importante la persona que el día, así es como
El hizo muchas curaciones en sábado.
5. SI NO SE TIENE AMOR POR LOS DEMÁS, DE NADA SIRVE
Nos muestra Jesús una vez más que se puede ser legalista, se puede ir a la sinagoga a
cumplir con los ritos, como el que va a cumplir responsablemente cada domingo a Misa, se
puede orar, cantar salmos, ser fiel al ritual, pero si no se tiene amor por los demás, de nada
sirve.
El jefe de la sinagoga, se manifiesta indignado con Jesús, todo esto por haber hecho una
curación en sábado, pero ante su indignación, el Señor le dice Hipócrita, es decir eres un
simulador de buenas intenciones. El Señor siempre descubre a los que fingen ser buenos y
los avergüenza y, a los honestos los acoge y les da gozo, el Evangelista lo relata así:
“Cuando Jesús dijo esto, sus enemigos quedaron en vergüenza; en cambio, la gente se
alegraba de todas las maravillas que él hacía”
6. LIBERADA DE SU MAL PODÍA MIRAR HACIA EL CIELO
Cuando la mujer se enderezó, empezó a alabar a Dios, porque liberada de su mal podía
mirar hacia arriba, hacia el cielo. En efecto, Dios, hizo al hombre recto, para que mire
siempre al Cielo, buscado ver al Padre, “Felices los de corazón limpio, porque verán a
Dios”. Esta promesa del Seor, expresada en las bienaventuranzas, es muy hermosa, y es
una acción que debemos hacer nuestra y, pedir con la oración toda la fuerza que
necesitamos del Espíritu Santo para llegar a ser Limpios y puros, concientes de que el
Limpio es aquel que no tiene mancha o suciedad moral, no esta contaminado de la maldad,
ha cuidado su rectitud, es aquel que no hace daño y no perjudica, es honrado y decente.
Libre y exento de imperfecciones morales. Es de corazón puro, el casto, honesto y
respetuoso con los principios morales que se consideran propios de las buenas costumbres.
Limpio es el que no se ha dejado encorvar por el peso de la maldad.
“Porque verán a Dios”. “Los rectos verán su benigna faz (de Dios)” (Sal 11:7b). Los que
sirven a Dios, con su templo limpio y puro, es decir con el corazón puro, le rendirán culto y
verán su rostro en el templo del cielo.
El Señor les Bendiga