“la semilla de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció y se convirtió en
un arbusto grande y los pájaros anidaron en sus ramas”.
Lc 13, 18-21
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. ALGO MUY PEQUEÑO, LLEGA A HACERSE TAN GRANDE
Dos parábolas nos traen el Evangelio de hoy. La parábola de la mostaza, que nos hace ver
que, siendo algo muy pequeño, llega a hacerse tan grande, que se convierte en árbol, y las
aves del cielo se cobijan en él. Es el desarrollo del reino. Al comienzo pequeño y casi
inadvertido, llega, a la hora de la composición del Evangelio, a ser la grande y visible Iglesia
de Dios. Vemos como se acusa preferentemente su fuerza expansiva. Luego la parábola de
la levadura, del fermento, con igual procedimiento, acusa la vitalidad y expansión del Reino.
Puesto en Israel y en el mundo, su vitalidad lo va extendiendo y fermentando en Cristo. Es
así como se destaca la fuerza transformadora del mismo .
2. EN LAS COSAS SENCILLAS Y HUMILDES SIEMPRE DIOS PONE LA
ESPERANZA EN SUS HIJOS
En la semilla de mostaza, Jesús emplea este término que era usual en los judíos para
comparar las cosas pequeñas, y lo hace así, para decir que el Reino de Dios comenzó
modestamente y luego se expandió con gran vigor, igual que la semilla de mostaza o la
levadura.
En las cosas sencillas y humildes siempre Dios pone la esperanza en sus hijos, y emplea
medios sencillos para llegar hasta él, así fue también como eligió a una humilde y sencilla
mujer para encarnar a su Hijo, y en un humilde pesebre fue a nacer, así también se nos
hace presente Cristo en la Eucaristía, en pedacito de pan y en un poco de vino, signos de
gran sencillez .
3. SIN EMBARGO A LOS HOMBRES NOS GUSTAN LAS COSAS GRANDIOSAS,
CON EXIGENTES PREPARATIVOS.
Sin embargo a los hombres nos gustan las cosas grandiosas, con exigentes preparativos,
especialmente cuando no conocen bien a Dios. Sin embargo Dios no esta interesado en
que emprendamos grandes obras para demostrarle nuestro amor, pero nos acoge con
cariño con tan solo serle fiel en todo momento.
Una buena enseñanza es nuestra Iglesia, que nació modestamente, con hombres de
condición humilde, que habían sido pescadores, y hoy esta por todo el mundo, y pueblos de
diferentes costumbres, idiomas y razas la acogen y la engrandecen .
4. “LA LEVADURA FERMENTO TODO”
Luego Jesús nos enseña a través de un parábola hogareña, “la levadura fermento todo”,
para que nosotros podamos ser como ella, corrompiendo lo que nos hace cómodo, lo que
no nos hace crecer, y para que comprobemos la eficacia de los Evangelios, del mismo
modo como la levadura fermenta la masa, el mensaje del Evangelio nos fermenta a
nosotros, del mismo modo como la levadura penetra en la masa, lo hace el Evangelio en los
hombres.
Del mismo modo como se transforma la semilla, también la Palabra del Señor es levadura
para transformarnos, así nos quiere decir Jesús como es el Reino de Dios, con fuerza y
vigor para extenderse y fermentar y transformar el mundo.
El Señor les Bendiga