“Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán
entrar y no lo conseguirán”
Lc 13, 22-30
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. "TRATEN DE ENTRAR POR LA PUERTA ESTRECHA ”
Lucas nos muestra dos grandes imágenes, estas deben interpretarse a la luz del argumento
que las encierra. La primera es la imagen de la puerta estrecha, esa a la si queremos
entrar, tenemos que esforzarnos en pasar. La segunda imagen de la peregrinación que
viene desde todas las partes de la tierra, Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, hacia
aquella ciudad bendita en la que tiene lugar el banquete del Reino de Dios.
Nos relata el Evangelio, que Jesús enseña en todas partes, pequeñas poblaciones, aldeas,
pueblo, ciudades, sanando enfermos. Pero donde más hay enfermos es en Jerusalén. Es
así, como cuando se dirige hacia allí, una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son
pocos los que se salvan?". Él respondió: "Traten de entrar por la puerta estrecha”.
La persona que hace la pregunta, quiere saber cuantos se salvan, eso es algo que le
compete solo a Dios. Esta claro que Dios nos da a todos los hombres las gracias suficientes
para salvarnos. Lo que interesa no es cuantos, sino como salvarnos y que condiciones
debemos cumplir.
2. EL CAMINO QUE LLEVA A LA SALVACIÓN , NO ES NADA DE FÁCIL
Jesús no responde directamente a la pregunta de si son pocos los que se salvan, no
obstante nos invita trabajar con compromiso y perseverancia para que no encontremos la
puerta cerrada, con lo que acentúa el carácter dramático de un desenlace que podría
revelarse absolutamente negativo.
El camino que lleva a la salvación, no es nada de fácil. El camino de la vida es ancho en
errores, el camino de la rectitud es estrecho. La puerta estrecha significa el trabajo y la
paciencia de los santos. También significa que tenemos que hacer mucho esfuerzo, y que
no tenemos que ser cómodos, en otras palabras, debemos luchar contra las tentaciones
con paciencia inquebrantable.
3. EL CAMINO DEL EVANGELIO ES UNA COSA MUY SERIA
Es así como Jesús afirma una vez más con claridad que seguirle por el camino del
Evangelio es una cosa muy seria, algo que requiere una opción fundamental y, sobre todo,
un esfuerzo continuado. Traten de entrar, es también esfuércense por entrar, es en modo
imperativo y expresa la idea de trabajar fervientemente, ahora mismo, con prontitud, con
urgencia, en otras palabras, no podemos perder ni un segundo de tiempo.
Y si bien es verdad que el camino de la salvación es estrecho en la entrada, también es
cierto que por él se llega a la mayor de todas las puertas, las del Reino de los Cielos.
Entonces, ¿Qué puede importar si son muchos o pocos los que se salvan? Lo que es
necesario saber, es el modo por el cual podemos salvarnos cada uno de nosotros y no
olvidarnos de compartir las enseñazas del Evangelio, para que muchos puedan optar por el
camino de salvación.
4. “PORQUE LES ASEGURO QUE MUCHOS QUERRÁN ENTRAR Y NO LO
CONSEGUIRÁN.”
Jesús nos dice; “Porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán.” “Pero
¡qué angosta es la puerta y qué escabroso el camino que conduce a la salvación! y qué
pocos son los que lo encuentran (Mateo 7,14). Esto es, que mucho creemos que vamos por
el camino correcto para salvarnos, especialmente si el camino se nos da fácil, pero cuando
el camino se nos pone difícil, debemos esforzarnos mucho y luchar por conseguir nuestro
propósito de llegar. Esta lucha es contra todas las malas inclinaciones que nos pueden
apartar del camino que nos conduce hasta Dios. En efecto, el alma vacila siempre. Si
reflexionamos en la eternidad nos decidimos por la virtud, pero cuando miramos el presente
preferimos los placeres de la vida.
5. HAY ALGUNOS QUE SON LOS ÚLTIMOS Y SERÁN LOS PRIMEROS, Y
HAY OTROS QUE SON LOS PRIMEROS Y SERÁN LOS ÚLTIMOS".
La escena final, tan bien esbozada por este relato evangélico, nos pone ante una gran
peregrinación en la que pueden participar todos los que, aunque no tengan vínculos de
sangre con Abrahán, han heredado el don de la fe.
Dios mismo no hace acepción de personas: “Entonces Pedro tomó la palabra y dijo:
“Verdaderamente comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en
cualquier nación el que le teme y practica la justicia le es grato.” (Hch 10,34). Ni siquiera
tiene importancia el conocimiento personal del Jesús terreno; lo único que vale es seguirle
con todo el esfuerzo, con plena libertad y con una disponibilidad total.
Es así como Jesús nos dice;”Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay
otros que son los primeros y serán los últimos".
Dios nos da la gracia y nos exige caminos de rectitud. Para llegar al Cielo, primero hay que
ganarse ese derecho. Para entrar al Cielo, es necesario tener un corazón dispuesto a
entrar. Allí en el Cielo no hay lugares reservados, pero si lugares privilegiados. Tienen
privilegios para entrar, los pobres, los sencillos y los humildes de corazón.
6. AL REINO DE LOS CIELOS SE LLEGA SEGÚN SEA NUESTRA VOLUNTAD
Y DISPOSICIÓN.
En efecto, no por seamos muy cultos, ricos, o muy influyentes, podemos considerar que
tenemos la puerta abierta. El haber recibido la gracia de la fe o la vocación al apostolado,
no nos da seguridad de salvación. En efecto, no basta haber sido llamado a la fe, o haber
recibido una vocación especial, para tener seguridad de llegar al cielo. Muchos han sido
favorecido y a mitad de camino se quedan atrás y muchos han sido pecadores que al
convertirse se adelantan a los favorecidos.
Vivamos en santidad, que esta sea propia de nuestra condición y lugar que ocupemos,
recordando que ningún puesto de honor o autoridad que ocupemos en la tierra, no
acreditará para ocupar los primeros puestos en el Reino de Dios. Eso esta en las manos
Dios y si no tenemos ningún lugar destacado o ningún puesto de renombre aquí en la tierra,
eso no es condición para ser privilegiado por Dios.
El Señor les Bendiga