Fiesta. Los Santos Inocentes, mártires (28 de diciembre)
Mt 2,13-18
Herodes mandó matar a todos los niños menores de dos años en la comarca
de Belén. El evangelio que hemos escuchado (Mt 2, 13-18), nos narra que el Rey
Herodes mandó matar a los niños de Belén menores de dos años al verse burlado
por los magos de Oriente que habían venido para saludar a un recién nacido de
estirpe regia.
Esta fue la primera amenaza, que sufrió la Sagrada Familia casi
inmediatamente después del nacimiento de Jesús. La violencia gratuita que pone en
peligro su vida afecta también a muchas otras familias provocando la muerte de los
santos inocentes, cuya memoria celebramos ayer.
Recordando esa terrible prueba vivida por el Hijo de Dios y sus coetáneos, la
Iglesia se siente invitada a orar por todas las familias amenazadas desde dentro o
desde fuera . Y ora, en particular, por los padres, cuya gran responsabilidad pone de
relieve especialmente el evangelio de san Lucas. En efecto, Dios confía su Hijo a
María, y ambos a José. Es preciso orar con insistencia por todas las madres y todos
los padres, para que sean fieles a su vocación y sean dignos de la confianza que
Dios deposita en ellos al encomendarles el cuidado de sus hijos.
Hoy día sigue habiendo herodes, que se sienten amenazados por los niños: En
efecto, un género especial de atentados contra la vida son los relativos a la vida
naciente: presentan caracteres nuevos respecto al pasado y suscitan problemas de
gravedad singular , por el hecho de que tienden a perder, en la conciencia colectiva,
el carácter de ‘delito’ y tienden a asumir paradójicamente el de ‘derecho’, hasta el
punto de pretender un verdadero y propio reconocimiento legal por parte del
Estado y la sucesiva ejecución mediante la intervención gratuita de los mismos
agentes sanitarios. Estos atentados golpean la vida humana en situaciones de
máxima precariedad, cuando está más privada de toda capacidad de defensa. Aun
más grave es el hecho de que tantos de estos delitos se produzcan precisamente
dentro y por obra de la familia, que constitutivamente está llamada a ser el
‘santuario de la vida’. Estamos frente a una verdadera y auténtica estructura de
pecado , caracterizada en muchos casos como verdadera ‘cultura de muerte’. Se
puede hablar, en cierto sentido, de una guerra de los poderosos contra los débiles.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)