VI Domingo del Tiempo Ordinario (Año Par)
Martes
Mc 8, 14-21
Cuídense de la lavadura de los fariseos y de la de Herodes . Los discípulos, al
pasar a la otra orilla, se habían olvidado de tomar panes. Jesús les dijo: “Abran los
ojos y guárdense de la levadura de los fariseos y saduceos”. Ellos hablaban entre sí
diciendo: “Es que no hemos traído panes” Pero Jesús se refería de la doctrina de los
fariseos y saduceos.
Así pues, Jesús aprovecha la ocasión para advertirles con la imagen de la
levadura, que no se fíen de las enseñanzas y mentalidad de los fariseos y saduceos;
están pasadas, gastadas, podridas.
Los discípulos no captan el lenguaje figurado de Jesús hasta que Él se lo
explica con claridad: Tampoco ustedes esperen señales espectaculares ni
demostraciones triunfales por mi parte, les dice, el Reino de Dios está dentro de
ustedes y no hace ruido...
Por otra parte, Jesús también nos llama a crear nuevas formas de ser levadura
del Evangelio en el mundo. La levadura parece poca cosa, pero tiene una fuerza
increíble para transformarlo todo. Los cristianos hemos de evangelizar el mundo de
la cultura, de la investigación científica, de la política, del trabajo, todas las ramas
de la vida social, los acontecimientos cotidianos…
Un aspecto importante para ser levadura en el mundo es la coherencia entre
nuestra fe y las obras. La fe debe traducirse necesariamente en actitudes y
decisiones concretas. Una fe entendida en sentido pleno, no como algo abstracto,
separado de la vida diaria.
La mejor forma de ser levadura en la masa del mundo es ser santos. La
santidad es nuestro mayor desafío. No tengamos miedo de aceptar este reto. Si
somos lo que debemos ser, es decir, si vivimos el cristianismo de modo auténtico,
¡prenderemos fuego al mundo!
El tema de la levadura de los fariseos también nos invita a ser “transparentes”
en todo, es decir, sinceros. Podemos engañar a los hombres y por cierto tiempo,
pero a Dios no le podemos engañar, Él conoce lo que hay en nuestros corazones.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)