Miercoles de Ceniza (Año Par)
Mt 6, 1-6.16-18
Tu Padre, que ve lo secreto te recompensará . Estas palabras de Jesús se
dirigen a cada uno de nosotros al inicio de la cuaresma. Lo comenzamos con la
imposición de la ceniza, austero gesto penitencial, muy arraigado en la tradición
cristiana. Este gesto subraya la conciencia del hombre pecador ante la majestad y
la santidad de Dios. Al mismo tiempo, manifiesta su disposición a acoger y traducir
en decisiones concretas la adhesión al Evangelio.
Son muy significativas las fórmulas que acompañan el rito de la imposición de
la ceniza. La primera, tomada del libro del Génesis: “Acuérdate de que eres polvo y
al polvo volverás” (cf. Gn 3, 19), evoca la actual condición humana marcada por la
caducidad y el límite. La segunda recoge las palabras evangélicas: “Conviértanse y
crean en el Evangelio” (Mc 1, 15), que constituyen una apremiante exhortación a
cambiar de vida. Ambas fórmulas nos invitan a entrar en la Cuaresma con una
actitud de escucha y de sincera conversión.
El Evangelio subraya que el Señor “ve en lo secreto”, es decir, escruta el
corazón. Los gestos externos de penitencia tienen valor si son expresión de una
actitud interior, si manifiestan la firme voluntad de apartarse del mal y recorrer la
senda del bien. Aquí radica el sentido profundo de la ascesis cristiana.
Desde siempre, la Iglesia señala algunos medios adecuados para caminar por
esta senda. Ante todo, la humilde y dócil adhesión a la voluntad de Dios ,
acompañada por una oración incesante; las formas penitenciales típicas de la
tradición cristiana, como la abstinencia, el ayuno, la mortificación y la renuncia
incluso a bienes de por sí legítimos; y los gestos concretos de acogida con respecto
al prójimo, que el pasaje evangélico de hoy evoca con la palabra „limosna‟. Todo
esto se vuelve a proponer con mayor intensidad durante el período de la Cuaresma.
Que María, Madre y Esclava fiel del Señor, nos ayude a recorrer el camino
cuaresmal armados con la oración, el ayuno y la práctica de la limosna, para llegar
a las celebraciones de las fiestas de Pascua renovados en el espíritu.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)