I Semana de Cuaresma (Año Par)
Jueces
Mt 7, 7-12
Todo el que pide, recibe . A esta constancia e insistencia en la oración el Señor
promete la certeza del éxito: “Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra;
y al que llama, se le abrirá”; y nos explica el por qué del éxito: Dios es Padre.
“¿Hay entre Ustedes algún padre que da a su hijo una serpiente cuando le pide un
pescado? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si Ustedes, que son malos,
saben dar cosas buenas a sus hijos ¿cuánto más el Padre del Cielo dará al Espíritu
Santo a aquéllos que se lo pidan!” La promesa del Señor a la confianza y constancia
en nuestra oración va mucho más allá de lo que imaginamos: además de lo que
pedimos nos dará al Espíritu Santo. Cuando Jesús nos exhorta a orar con insistencia
nos lanza al seno mismo de la Trinidad y, a través de su santa humanidad, nos
conduce al Padre y promete el Espíritu Santo.
La oración hace que el Hijo de Dios habite en medio de nosotros. Los
seguidores de Jesús podemos aplicarnos de modo particular las palabras con las
cuales el Señor Jesús promete su presencia: “Les digo en verdad que si dos de
ustedes se ponen de acuerdo sobre la tierra en pedir cualquier cosa, se la otorgará
mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 19-20).
Así como el Papa reza continuamente por la Iglesia y todo el mundo, los
demás fieles también han de dirigirse frecuentemente a Dios para presentarle sus
peticiones. Cada vez que un fiel cristiano intercede ante Dios por los demás,
ejercita su alma sacerdotal. En la Santa Misa hay un momento en que se invita a
los fieles a presentar a Dios peticiones por las diversas necesidades.
En efecto, la Misa es un momento muy oportuno para pedirle a Dios por lo que
requerimos: la salud de un familiar, por nuestros parientes y amistades, por
personas fallecidas, por alguien que no encuentra trabajo, etc. Vayamos, pues, a la
Santa Misa con la confianza con que se acerca un hijo a su Padre que lo quiere y
que todo lo puede.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)