IV Semana de Cuaresma (Año Par)
Miércoles
Jn 5, 17-30
Como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así el Hijo del hombre da
la vida a quien él quiere dársela . Todo lo que el Padre hace lo hace igualmente el
Hijo. Cristo es Dios en total comunión con el Padre, pues no hace nada por su
cuenta; Jesús declara su omnipotencia, igual al Padre: aquello que hace el Padre
eso lo puede hacer igualmente el Hijo, porque hay igualdad de naturaleza entre el
Padre y el Hijo; por tanto, la voluntad del Padre es que todos honren al Hijo como
honran al Padre.
San Agustín dice que las obras del Padre y del Hijo son las mismas, pero sin
que el Hijo sea el mismo que el Padre, sino porque ninguna obra es del Hijo que no
la haga el Padre por su medio, y ninguna obra es del Padre que no la haga a la vez
por el Hijo. Pues todo lo que hace el Padre, lo hace igualmente el Hijo. No son unas
las obras del Hijo y otras las del Padre, sino las mismas; ni las hace el Hijo de modo
distinto, sino igualmente. Mas como el Hijo no hace otras obras semejantes, sino
las mismas que hace el Padre, porque con el Espíritu Santo es de idéntica
naturaleza: Tres personas en un solo Dios.
En efecto, Jesús dice que Él “no hace nada por sí mismo,” sino que hace,
precisamente, “lo que ve hacer al Padre,” hasta tal punto que lo que hace el Padre,
“lo hace igualmente el Hijo.” Se trata de las obras del Verbo encarnado. No significa
que Jesús copie o imite las obras que el Padre le da a hacer, sino que en este obrar
suyo, así como el Padre tiene, como Dios que es, el derecho indiscutible de obrar
como le plazca, igualmente el Hijo tiene este derecho de obrar. Con ello Jesús, al
proclamar el mismo derecho del Padre, está proclamando la dignidad de su
naturaleza, Hijo de Dios.
Así pues, Jesús en el evangelio se muestra como Dios. “Para que todos honren
al Hijo como honran al Padre”. Siendo Jesús Dios, proclamándose tal por un
procedimiento de equiparación al Padre, Jesús concluye, diciendo: “Les aseguro que
el que escucha mi palabra y cree en Aquel que me ha enviado, tiene Vida eterna”
Jesús, ha venido al mundo, para que tengamos vida, la vida de Dios en
nosotros, la vida eterna que ya comienza en el tiempo con la vida de la gracia.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)