¿Quieres realmente la salvación?
27 de Octubre de 2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 13, 31-35
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le dijeron: “Vete de aquí,
porque Herodes quiere matarte”.
Él les contestó: “Vayan a decirle a ese zorro que seguiré expulsando demonios y
haciendo curaciones hoy y mañana, y al tercer día terminaré mi obra. Sin embargo,
hoy, mañana y pasado mañana tengo que seguir mi camino, porque no conviene
que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas y apedreas a los profetas que Dios te envía!
¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos
bajo las alas, pero tú no has querido!
Así pues, la casa de ustedes quedará abandonada. Yo les digo que no me volverán
a ver hasta el día en que digan: ‘¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!’ ”.
Palabra del Señor.
Oración introductoria
Gracias, Señor, por mostrarme la pasión y la valentía con las que debo cumplir tu
voluntad. Te suplico con humildad que aumentes mi fe y mi esperanza para que mi
amor crezca en esta meditación.
Petición
Padre Santo, que en todo momento sepa descubrir y vivir de acuerdo a tu voluntad.
Meditación
«En estas frases se manifiesta ante todo el amor profundo de Jesús por Jerusalén,
su lucha apasionada para lograr el “sí” de la Ciudad Santa al mensaje que Él ha de
transmitir, y con el cual se pone en la gran línea de los mensajeros de Dios en la
historia precedente de la salvación.
La imagen de la gallina protectora y preocupada proviene del Antiguo Testamento:
Dios “encontró [a su pueblo] en tierra desierta... Y le envuelve, le sustenta, le cuida
como a la niña de sus ojos. Como uno que vela por su nidada, revolotea sobre sus
polluelos, así despliega él sus alas y le toma, lo lleva sobre sus plumas”. Al lado de
este texto puede ponerse la hermosa expresión del Salmo 36,8: «¡Qué inapreciable
es tu misericordia, oh Dios! Los hombres se acogen a la sombra de tus alas».
Jesús aplica aquí la bondad poderosa de Dios mismo a su propio obrar y a su
intento de atraer a la gente. No obstante, esta bondad que protege a Jerusalén con
las alas desplegadas se dirige al libre albedrío de los polluelos, y éstos la rechazan:
“Pero no habéis querido”» (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, segunda parte, p. 13).
Reflexión apostólica
«Es evidente que el primer y más fundamental amor del hombre ha de ser el amor
a Dios, su Creador y Redentor. A Él le debe la vida natural y sobrenatural, la
salvación, y todo cuanto posee. Pero el amor a Dios se hace concreto y real en el
amor al prójimo, pues “quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a
Dios... a quien no ve”» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 4).
Propósito
Pedir con perseverancia y confianza la salvación al Señor, que es grande en el
amor.
Diálogo con Cristo
Señor, permite que como tu testigo y apóstol experimente una gran alegría al saber
que puedo ayudar a los demás, estando al pendiente de sus necesidades. Me
conoces y sabes que frecuentemente me busco a mí mismo en vez de buscar más
medios para evangelizar. El verte crucificado, Jesús, me debería mover
incansablemente para dar a conocer a otros el gran misterio de tu gran amor,
permite que nunca sea indiferente ante tanto amor.
«Si de verdad tenemos metido a Cristo en lo hondo de nuestro corazón, no
podremos callárnoslo»
( Cristo al centro, n. 144).