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Semana Santa (Año Par)
Martes Santo
Jn 13, 21-33.36-38
Uno de ustedes me entregará. No cantará el gallo antes de que me haya
negado tres veces . Una vez que Judas salió del Cenáculo, otro anuncio debió
perturbar más a los discípulos: “Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con
ustedes. Ustedes me buscarán, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo
voy, ustedes no podéis venir, les digo también ahora a ustedes» (Jn 13,33). El
Señor se refiere a su Pascua. Él partirá al encuentro del Padre por medio de su
muerte en Cruz.
Por otra parte, al preguntarle Pedro a dónde va y luego de asegurarle que está
dispuesto a dar la vida por Él, el Señor le anuncia que lo negará tres veces.
Por todo ello entendemos que los discípulos sin duda se encontraban
profundamente turbados y consternados. ¿Y cómo recomienda el Señor que han de
afrontar este estado de turbación interior? Mediante un profundo acto de fe y
confianza en Dios, así como también en Él: “Creen en Dios; crean también en mí”.
Aunque de momento no comprendan nada de lo que está sucediendo, aunque no
entiendan tampoco el alcance y profundidad de lo que Él les dice, aunque se
avecinen momentos turbulentos y el Señor sea arrebatado de su lado, deben
confiar en Dios y en Él.
Si Él “se va” de su lado a un lugar al que de momento no pueden seguirlo, es
para prepararles un lugar en la casa del Padre. Es decir, por medio de su Pascua el
Señor reconciliará al hombre con Dios de modo que pueda entrar nuevamente al
„lugar‟ de la presencia y profunda comunión de vida con Dios, por toda la eternidad.
Hecho esto, dice el Señor, volverá por ellos (Jn 14,28) para cumplir su promesa:
“Los tomaré conmigo para que donde esté yo estén también ustedes”, promesa en
la que se sustenta la esperanza de todo creyente que peregrina en esta tierra,
porque quien crea en Él, tiene la vida eterna (Cfr. Jn 3,16; 20,30-31).
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)