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III semana de Pascua (Año Par)
Viernes
Jn 6, 52-59
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. Mucho tiempo
antes de la institución, Jesús había anunciado esta comida, única en su género. Él,
en su carne y en su sangre, se convierte en comida y bebida de la humanidad. En
el banquete eucarístico el hombre se alimenta de Dios.
Cuando Jesús anunció, por primera vez, esta comida, suscitó el estupor de sus
oyentes, que no llegaron a captar un proyecto divino tan elevado. Pero Jesús
subraya vigorosamente la verdad objetiva de sus palabras, afirmando la necesidad
del alimento eucarístico: “En verdad, en verdad les digo que, si no comen la carne
del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes” (Jn 6, 53).
No se trata de una comida puramente espiritual, en que las expresiones “comer la
carne” de Cristo y “beber su sangre”, tendrían un sentido metafórico. Es una
verdadera comida, como precisa Jesús con fuerza: “Mi carne es verdadera comida y
mi sangre verdadera bebida” (Jn 6, 55).
Además, esta comida no es menos necesaria para el desarrollo de la vida
divina en los fieles, que los alimentos materiales para el mantenimiento y desarrollo
de la vida corporal. La Eucaristía no es un lujo ofrecido a los que quieran vivir más
íntimamente unidos a Cristo: es una exigencia de la vida cristiana. Esta exigencia la
comprendieron los discípulos, porque, según el testimonio de los Hechos de los
Apóstoles, en los primeros tiempos de la Iglesia, la “fracción del pan”, o sea, la
comida eucarística, se practicaba cada día en las casas de los fieles “con alegría y
sencillez de corazón” (Hch 2, 46).
Jesús nos enseña que quien come su carne y bebe su sangre, tiene la vida
eterna. Esto se realiza porque en el banquete eucarístico el hombre recibe de
verdad a Dios, se alimenta de El, participando de la vida que brota del Padre y que
nos comunica a través de Cristo. Una vida divina que nos hace poseer, ya en la
tierra, la garantía de nuestra futura resurrección corporal.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)