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IV semana de Pascua (Año Par)
Viernes
Jn 14, 1-6
(Cfr. Juan Pablo II, audiencia general, miércoles 9 de septiembre de 1987)
Yo soy el camino, la verdad y la vida . Estos son atributos divinos, que
Jesucristo refiere a Sí mismo, porque es verdadero Dios y verdadero hombre. Esta
es la realidad expresada coherentemente en la verdad de la unidad inseparable de
la persona de Cristo.
El “YO SOY”, que Jesucristo utiliza al referirse a su propia persona,
encontramos un eco del nombre con el cual Dios se ha manifestado a Sí mismo
hablando a Moisés (cf. Ex 3, 14). Dios le Dijo de Sí mismo: “Yo soy el que soy” (Ex
3, 14), y Jesús dice “Yo soy…”
“…El camino, la verdad y la vida”. Jesús es el camino porque ninguno va al
Padre sino por medio de Él (cf. Jn 14, 6). Más aún: quien lo ve a Él, ve al Padre (cf.
Jn 14, 9). “¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí?” (Jn 14, 10). Es
bastante fácil darse cuenta de que, en tal contexto, ese proclamarse “verdad” y
“vida” equivale a referir a Sí mismo atributos propios del Ser divino: Ser-Verdad,
Ser-Vida.
El testimonio de la verdad puede darlo el hombre, pero “ser la verdad” es un
atributo exclusivamente divino. Cuando Jesús, en cuanto verdadero hombre, da
testimonio de la verdad, tal testimonio tiene su fuente en el hecho de que Él mismo
“es la verdad” en la subsistente verdad de Dios: “Yo soy... la verdad”. Por esto Él
puede decir también que es “la luz del mundo”, y así, quien lo sigue, “no anda en
tinieblas, sino que tendrá luz de vida” (cf. Jn 8, 12).
Jesús “es la vida” porque es verdadero Dios. Lo afirma Él mismo antes de
resucitar a Lázaro, cuando dice a la hermana del difunto, Marta: “Yo soy la
resurrección y la vida” (Jn 11, 25). En la resurrección confirmará definitivamente
que la vida que El tiene como Hijo del hombre no está sometida a la muerte.
Porque Él es la Vida, y, por tanto, es Dios. Siendo la Vida, El puede hacer partícipes
de ésta a los demás: “El que cree en mí, aunque muera vivirá” (Jn 11, 25). Cristo
puede convertirse también -en la Eucaristía- en “el pan de la vida” (cf. Jn 6, 35-
48), “el pan vivo bajado del cielo” (Jn 6, 51).
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)