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VI semana de Pascua (Año Par)
Jueves
Jn 16, 16-20
Su tristeza se transformará en alegría. En la perspectiva redentora, la pasión
de Cristo se orienta hacia la Resurrección. Así pues, también los están asociados al
misterio de la cruz, para participar, con gozo, en el misterio de la Resurrección.
Los discípulos de Cristo tienen el privilegio de entender el evangelio del
sufrimiento, que ha tenido un valor salvífico, al menos implícito, en todos los
tiempos, porque “a través de los siglos y generaciones se ha constatado que en el
sufrimiento se esconde una particular fuerza que acerca interiormente el hombre a
Cristo, una gracia especial» (Salvifici doloris, 26).
Quien sigue a Cristo, quien acepta la teología del dolor, sabe que al
sufrimiento va unida una gracia preciosa, un favor divino, aunque se trate de una
gracia que para nosotros sigue siendo un misterio, porque se esconde bajo las
apariencias de un destino doloroso. Ciertamente, no es fácil descubrir en el
sufrimiento el auténtico amor divino, que, mediante el sufrimiento aceptado, quiere
elevar la vida humana al nivel del amor salvífico de Cristo.
Ahora bien, la fe nos lleva a aceptar este misterio y, a pesar de todo, infunde
paz y alegría en el alma de quien sufre. A veces se llega a decir, con san Pablo:
“Estoy llenó de consuelo y sobreabundo de gozo en todas las tribulaciones” (2 Co 7,
4).
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)