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VIII semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Viernes
Mc 11, 11-26
Mi casa será casa de oración para todos los pueblos. Tengan fe en Dios . La
oración del pueblo de Dios se desarrolla a la sombra de la Morada de Dios, el Arca
de la Alianza y más tarde el Templo, bajo la guía de los pastores, especialmente el
rey David, y de los profetas.
Jesús subió al Templo como al lugar privilegiado para el encuentro con Dios. El
Templo era para él la casa de su Padre, una casa de oración, y se indigna porque el
atrio exterior se haya convertido en un mercado (Mt 21, 13). Si expulsa a los
mercaderes del Templo es por celo hacia las cosas de su Padre: “no hagan de la
Casa de mi Padre una casa de mercado. Sus discípulos se acordaron de que estaba
escrito: „El celo por tu Casa me devorará‟ (Sal 69, 10)” (Jn 2, 16-17). Después de
su Resurrección, los Apóstoles mantuvieron un respeto religioso hacia el Templo (cf.
Hch 2, 46; 3, 1; 5, 20. 21; etc.).
El Catecismo de la Iglesia Católica en el no. 2691, dice que “La iglesia, casa de
Dios, es el lugar propio de la oración litúrgica de la comunidad parroquial. Es
también el lugar privilegiado para la adoración de la presencia real de Cristo en el
Santísimo Sacramento. La elección de un lugar favorable no es indiferente para la
verdad de la oración:
1) para la oración personal, el lugar favorable puede ser un „rincón de
oración‟, con las Sagradas Escrituras e imágenes, para estar „en lo
secreto‟ ante nuestro Padre (cf Mt 6, 6). En una familia cristiana este
tipo de pequeño oratorio favorece la oración en común.
2) en las regiones en que existen monasterios, una vocación de estas
comunidades es favorecer la participación de los fieles en la Oración
de las Horas y permitir la soledad necesaria para una oración personal
más intensa (cf PC 7).
3) las peregrinaciones evocan nuestro caminar por la tierra hacia el cielo.
Son tradicionalmente tiempos fuertes de renovación de la oración. Los
santuarios son, para los peregrinos en busca de fuentes vivas, lugares
excepcionales para vivir "en Iglesia" las formas de la oración
cristiana”.
Sí. La iglesia es un lugar privilegiado en el que se construye la fraternidad
entre nosotros. Aquí se realiza la comunidad cristiana, comunidad de fe y oración,
comunidad de amor y solidaridad en nombre de Cristo. Aquí se alimenta en la mesa
de la palabra de Dios y del Cuerpo del Señor, y de aquí parte para llevar a Cristo al
mundo.
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Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)