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VIII semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Sábado
Mc 11, 27-33
¿ Con qué autoridad haces todo esto ? El Señor, plenamente consciente de las
intenciones de sus interrogadores, utiliza un método de discusión muy empleado
por los doctores de la Ley y responde haciéndoles a su vez otra pregunta: “También
yo les voy a preguntar una cosa; si me contestan a ella, yo les diré a mi vez con
qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿de dónde era?, ¿del Cielo o de los
hombres?”
Sabían que si respondían que venía “del Cielo”, es decir, de Dios, el Señor les
echaría en cara su incredulidad. En efecto, tanto los saduceos como los fariseos
incrédulos habían recibido por parte del Bautista una durísima llamada de atención.
Juan no dudó en calificarlos de “raza de víboras” por su negativa a acoger su
llamado a la conversión (ver Mt 3,7-10).
La respuesta de aquellos endurecidos corazones sería la de negar
abiertamente la legitimidad de la misión de Juan, rechazando su bautismo y
frustrando de ese modo “el plan de Dios sobre ellos” (Lc 7,30). En cambio, “todo el
pueblo que le escuchó, incluso los publicanos, reconocieron la justicia de Dios,
haciéndose bautizar con el bautismo de Juan” (Lc 7,29).
El hecho de no reconocer que el bautismo de Juan venía de Dios significaba
negar su misión como precursor del Mesías (ver Jn 1,19-24), por tanto, implicaba
negar también todo reconocimiento al Señor Jesús.
Que María nos dé un corazón lleno de fe para que con nuestras palabras y
nuestra vida confesemos nuestra fe en Jesús como Salvador y Señor, y tengamos la
experiencia de la salvación que hemos recibido en nuestro bautismo.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)