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IX semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Viernes
Mc 12, 35-37
¿ Cómo dicen que el Mesías es Hijo de David ? Así les pregunta Jesús a los
fariseos. Cristo, ¿De quién es hijo? Y añade: “Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a
mi diestra mientras pongo a tus enemigos bajo tus pies” (Sal 109/110, 1). Si, pues,
David le llama Señor, ¿cmo es hijo suyo?” (Mt 22, 42-45).
Como vemos, Jesús llama la atencin sobre el modo “limitado” e insuficiente
de comprender al Mesías teniendo sólo como base la tradición de Israel, unida a la
herencia real de David. Sin embargo, Él no rechaza esta tradición, sino que la
cumple en el sentido pleno que ella contenía, y que ya aparece en la Anunciación,
donde se presenta a Jesús como Aquél en el que se cumple la antigua promesa.
Los días siguientes a la entrada de Jesús en Jerusalén se verá cómo se han de
entender las palabras del Ángel en la Anunciacin. “Le dará el Seor Dios el trono
de David, su padre... reinará en la casa de Jacob por los siglos, y su reino no tendrá
fin”. Jesús mismo explicará en qué consiste su propia realeza, y por lo tanto la
verdad mesiánica, y cómo hay que comprenderla.
Ante Pilato Jesús se presenta a sí mismo como el Rey-Mesías, pero no en
sentido político como si se tratara de un poder terreno, ni tampoco en relación al
“pueblo elegido”, Israel, sino como un reino eterno y universal, un reino de justicia
y de paz.
De hecho, el episodio del Calvario ilumina la condición mesiánico-real de
Jesús. Uno de los dos malhechores crucificados junto con Jesús manifiesta esta
verdad de forma penetrante, cuando dice: “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a
tu reino” (Lc 23, 42). En este diálogo encontramos casi una confirmacin última de
las palabras que el Ángel había dirigido a María en la Anunciacin: Jesús “reinará...
y su reino no tendrá fin” (Lc 1, 33).
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)