Master·evangeli.net
Día litúrgico: Viernes XXXI del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Lc 16,1-8): En aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos:
«Había un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él
de malbaratar su hacienda (). Se dijo a sí mismo el administrador: ‘¿Qué
haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar,
me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de
la administracin me reciban en sus casas’ (). El seor alab al
administrador injusto porque había obrado astutamente ().
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del
Vaticano, Vaticano)
El "purgatorio"
H oy, incluso para este "administrador infiel", del corazón de Jesús sale una alabanza
(por su astucia). Admiramos la tenacidad divina para salvar nuestras vidas, ni que sea
aprovechando algunos pocos "fragmentos" de bien que Él encuentre en nuestra
existencia terrena. En esta línea discurre la enseñanza católica sobre el "purgatorio".
En gran parte de los hombres —eso podemos suponer— queda en lo más profundo de
su ser una última apertura interior a la verdad, al amor, hacia Dios, aunque en las
opciones concretas de la vida dicha apertura se haya empañado con compromisos con
el mal. Dios puede recoger los "fragmentos" y hacer "algo" con ellos (purificarlos y
unirlos). Necesitamos una cierta limpieza final (¡un purgatorio!), donde la mirada de
Cristo nos limpie de verdad, haciéndonos aptos para Dios y capaces de estar en su
morada. Es una necesidad tan humana que, si no existiera el purgatorio, ¡habría que
inventarlo!
—Señor, antes que una "pieza malograda de un alfarero", deseo ser salvable para
culminar contigo mi existencia.
“servicio brindado por el http://evangeli.net/evangelio”. Con permiso a
homiletica.org