EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario A
Libro de los Proverbios 31,10-13.19-20.30-31.
Una buena ama de casa, ¿quién la encontrará? Es mucho más valiosa que las
perlas. Bet
El corazón de su marido confía en ella y no le faltará compensación. Guímel
Ella le hace el bien, y nunca el mal, todos los días de su vida. Dálet
Se procura la lana y el lino, y trabaja de buena gana con sus manos. He
Aplica sus manos a la rueca y sus dedos manejan el huso. Caf
Abre su mano al desvalido y tiende sus brazos al indigente. Lámed
Engañoso es el encanto y vana la hermosura: la mujer que teme al Señor merece
ser alabada. Tau
Entréguenle el fruto de sus manos y que sus obras la alaben públicamente.
Salmo 128(127),1-2.3.4-5.
Canto de peregrinación. ¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien.
Tu esposa será como una vid fecunda en el seno de tu hogar; tus hijos, como
retoños de olivo alrededor de tu mesa.
¡Así será bendecido el hombre que teme al Señor!
¡Que el Señor te bendiga desde Sión todos los días de tu vida: que contemples la
paz de Jerusalén
Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses 5,1-6.
Hermanos, en cuanto al tiempo y al momento, no es necesario que les escriba.
Ustedes saben perfectamente que el Día del Señor vendrá como un ladrón en plena
noche.
Cuando la gente afirme que hay paz y seguridad, la destrucción caerá sobre ellos
repentinamente, como los dolores de parto sobre una mujer embarazada, y nadie
podrá escapar.
Pero ustedes, hermanos, no viven en las tinieblas para que ese Día los sorprenda
como un ladrón:
todos ustedes son hijos de la luz, hijos del día. Nosotros no pertenecemos a la
noche ni a las tinieblas.
No nos durmamos, entonces, como hacen los otros: permanezcamos despiertos y
seamos sobrios.
Evangelio según San Mateo 25,14-30.
El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus
servidores y les confió sus bienes.
A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según
su capacidad; y después partió. En seguida,
el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco.
De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos,
pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor.
Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores.
El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco.
'Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he
ganado'.
'Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo
poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor'.
Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: 'Señor, me has confiado dos
talentos: aquí están los otros dos que he ganado'.
'Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te
encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor'.
Llegó luego el que había recibido un solo talento. 'Señor, le dijo, sé que eres un
hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has
esparcido.
Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!'.
Pero el señor le respondió: 'Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde
no he sembrado y recojo donde no he esparcido,
tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera
recuperado con intereses.
Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez,
porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará
aun lo que tiene.
Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de
dientes'.
Comentario del Evangelio por
Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas
Misioneras de la Caridad
La oración, frescor de una fuente, con el Hno. Roger
«Has sido fiel en lo poco...; entra al banquete de tu Señor»
«Tengo siempre presente al Señor, con Él a mi derecha, no vacilaré» (Sal. 15,8). Si
algo me pide Jesús, es que me apoye en Él, que confíe sólo en Él, que me
abandone a Él sin reserva... No debemos intentar controlar las acciones de Dios. No
debemos contar las etapas del viaje por las que nos quiere llevar. Incluso si me
siento como un barco a la deriva, me entrego totalmente a Él.
Cuando esto parece difícil, acuérdate de que no estamos llamados a tener éxito,
pero sí a ser fieles. La fidelidad es importante, incluso en las pequeñas cosas, no
por la cosa en sí, lo que en sí sería de un espíritu mezquino, la grandeza está en
hacer la voluntad de Dios. San Agustín dijo:»Las pequeñas cosas siguen siendo
pequeñas, pero ser fiel en las pequeñas cosas es una gran cosa. ¿Acaso nuestro
Señor no es el mismo, con un pequeño que con un poderoso?» ( Mt 25,40)
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”