Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo A, Tiempo Ordinario,
Domingo de la Semana No. 32
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Encuentran la sabiduría los que la buscan * A los que han
muerto, Dios, por medio de Jesús los llevará con Él * ¡Que llega el esposo, salid a
recibirlo!
Textos para este día:
Sabiduría 6,12-16:
La sabiduría es radiante e inmarcesible, la ven fácilmente los que la aman, y la
encuentran los que la buscan; ella misma se da a conocer a los que la desean.
Quien madruga por ella no se cansa: la encuentra sentada a la puerta. Meditar en
ella es prudencia consumada, el que vela por ella pronto se ve libre de
preocupaciones; ella misma va de un lado a otro buscando a los que la merecen;
los aborda benigna por los caminos y les sale al paso en cada pensamiento.
1 Tesalonicenses 4,13-18:
Hermanos, no queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os
aflijáis como los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y
resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los
llevará con él. Esto es lo que os decimos como palabra del Señor: Nosotros, los que
vivimos y quedamos para cuando venga el Señor, no aventajaremos a los difuntos.
Pues él mismo, el Señor, cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la
trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer
lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la
nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor.
Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.
Mateo 25,1-13:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "Se parecerá el reino de
los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas,
se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las
lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A
medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!" Entonces se
despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las
necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos
apagan las lámparas." Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante
para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis."
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron
con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las
otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos." Pero él respondió: "Os lo
aseguro: no os conozco." Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora."
Homilía
Temas de las lecturas : Encuentran la sabiduría los que la buscan * A los que han
muerto, Dios, por medio de Jesús los llevará con Él * ¡Que llega el esposo, salid a
recibirlo !
1. Prepararse para despertar
1.1 La invitación de Jesús es clara: "Estén, pues, preparados, porque no saben ni el
día ni la hora" (Mt 25,13). En esta parábola en particular Cristo admite que hay una
especie de sueño que nos envuelve a todos, porque la diferencia entre unas y otras
doncellas no está en que unas durmieron y otras no. Lo que las diferencia no es en
este caso el sueño sino cómo se dispusieron para la hora del banquete, es decir:
cómo prepararon su despertar.
1.2 Algunas simplemente no prepararon su despertar. El cansancio, el hastío o la
oscuridad de la noche les ganaron y ellas pasivamente entregaron al sueño sin
pensar qué podría suceder después. Otras en cambio, aunque sintieran que la
noche les podía vencer, hicieron acopio de aceite, de modo que al despertar
pudieran contar con algo para vencer a la noche. Es un asunto de conciencia: unas
fueron conscientes de que podían dormirse, y tomaron medidas al respecto; otras
sencillamente se dejaron ganar del sueño.
1.3 Para nosotros, ¿qué es preparar el despertar? Depende de qué sueño estemos
hablando. Uno puede pensar en el sueño de la muerte, cosa que suena muy
concorde con el tono escatológico de estos capítulos finales del evangelio de Mateo.
Quienes se dejan llevar por este sueño son quienes extinguen su mirada sobre este
mundo como si nada realmente fuera a suceder después. Quienes, por el contrario,
son previsivos, guardan aceite, que es una manera de guardar luz. Aunque su
cuerpo sea vencido por el sueño, hay un poco de luz que no duerme con ellos. ¿Qué
luz estamos guardando? ¿Qué puede alumbrar en nosotros cuando ya nos hayamos
dormido, esto es, cuando ya la muerte nos haya sometido a su poder?
2. Buscar la sabiduría
2.1 La primera lectura nos habla también de la luz: "radiante e incorruptible es la
sabiduría" (Sab 6,12). La sabiduría es incorruptible; es un género de luz que
corresponde bien al aceite de que nos habló el evangelio, porque aunque el sueño
de la muerte nos atrape, la sabiduría no está sujeta al imperio de la muerte y
puede estar con nosotros cuando se escuche la voz: "...¡llega el esposo!" (Mt 25,6).
2.2 Vale la pena recordar que esta sabiduría es mucho más que conocimiento. No
se trata de erudición o de capacidad intelectual, aunque tampoco riñe con ellas.
Esta sabiduría sale al encuentro de quienes la buscan " y colabora con ellos en
todos sus proyectos" (Sab 6,16). Consiste más, entonces, en una ciencia para la
vida, un saber vivir. Por consiguiente el mensaje sería: saber vivir el camino de
esta vida prepara la vida que vendrá después de este camino.
3. Entrar al banquete
3.1 Por otro lado, no podemos perder de vista qué rostro tienen la hora y el
encuentro finales en esta parábola del Señor. Todas aquellas doncellas estaban
invitadas a un banquete de bodas. Todas estaban aguardando al Esposo. Este
cuadro proviene de las costumbres judías de aquella época pero conserva su
validez y una fuerza alegórica inmensa en todos los tiempos. Esperar al Esposo es
esperar un gozo que no tiene semejante en esta tierra. Las bodas son el día de la
alegría, según expresión del Cantar de los Cantares (3,11).
3.2 Nosotros, pues, no esperemos en el vacío o en la incertidumbre. Somos
llamados a compartir el día del gozo del Esposo, el día de la alegría de Cristo. En la
intimidad de un banquete, que se anticipa en esta cena eucarística, Cristo nos dará
a saborear el gozo de su corazón ante la belleza de su Esposa, la Iglesia.