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XI semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
MARTES
Mt 5, 43-48
Amen a sus enemigos. Desde luego, que el modelo es Jesús, que desde la
Cruz oraba así: “Padre, perdnalos porque no saben lo que hacen”. Pero también
tenemos como modelo a la Virgen María, quien al pie de la cruz, vive
espiritualmente el martirio del Hijo, con el corazón lleno de dolor; por otra parte,
también podemos ver el testimonio de los mártires, quienes amando a sus
enemigos y rogando por los que lo persiguen (cf. Mt 5,44), hicieron visible el
misterio de la fe recibida y se convirtieron en un gran signo de esperanza,
anunciando con su testimonio la redención para todos. Al unir su sangre a la de
Cristo sacrificado en la cruz, la inmolación del mártir se transforma en ofrenda ante
el trono de Dios, implorando clemencia y misericordia para sus perseguidores.
Como nos ensea el Papa Juan Pablo II, “ellos han sabido vivir el Evangelio en
situaciones de hostilidad y persecucin… hasta el testimonio supremo de la sangre…
Ellos muestran la vitalidad de la Iglesia… Más radicalmente aún, demuestran que el
martirio es la encarnacin suprema del Evangelio de la esperanza” (Ecclesia in
Europa, 13).
De esta forma, el martirio es para la Iglesia un signo elocuente de cómo su
vitalidad no depende de meros proyectos o cálculos humanos, sino que brota más
bien de la total adhesión a Cristo y a su mensaje salvador. Bien sabían esto los
mártires, cuando buscaron su fuerza no en el afán de protagonismo, sino en el
amor absoluto a Jesucristo, a costa incluso de la propia vida. Nosotros, solamente
desde esta óptica podemos entender mejor y vivir el mensaje de la página del
Evangelio de hoy: Amen a sus enemigos.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)